Desde hace varias semanas escuchamos el mismo -o muy parecido- discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum en el sentido de que los mexicanos debemos defender la soberanía ante el acoso del presidente de los Estados Unidos; sin embargo, desde el principio nos ha parecido que en esa bandera patriotera busca esconder, ocultar o cuando menos disimular los verdaderos y graves problemas que al interior del país nos aquejan.
Por supuesto, con esto no queremos decir que el tema del agravio (falso o cierto) a nuestra soberanía no sea tema de primer orden; claro que lo es, pero enfundada en ese asunto la jefa del Ejecutivo federal no ofrece soluciones a asuntos que hoy debilitan a una nación con una grandeza como la nuestra.
Bien lo dice Rolando Lejia, mientras ella se enfrenta a Trump en nombre de la soberanía, el crimen organizado sigue ganando terreno y los mexicanos seguimos perdiendo nuestra libertad, nuestra seguridad y nuestra esperanza.
Y es que, evidentemente, la mayoría de los mexicanos preferimos que Sheinbaum responda, antes que a Trump, a las miles de familias que lloran a sus muertos o a sus desaparecidos, o a los jóvenes atrapados entre las balas y las drogas. Millones de mexicanos queremos respuesta y no encendidos discursos cuando no encontramos medicamentos en las instituciones públicas o, además, tampoco hay insumos, personal ni equipo necesario.
No le falta razón a Azucena Uresti cuando reflexiona que no podemos culpar al presidente de Estados Unidos cuando establece que (la defensa de) la soberanía no puede ser un escudo para proteger la incompetencia ni un pretexto para perpetuar la tragedia nacional.
La verdadera soberanía será una realidad cuando el estado recupere el control de su territorio. Hoy en día basta recordar que entidades como Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tabasco, Chiapas, Zacatecas y otras viven en la zozobra y como rehenes del crimen organizado en partes importantes de sus territorios.
Cada vez será más complicado terminar con la corrupción, la impunidad, la descomposición social y otros lastres que nos lastiman. Es cierto. Hablando de partidos políticos estos males no son consecuencia de Morena-gobierno, pero sí es una realidad que desde que este partido llega al poder en el 201, la solución la vemos cada vez más lejos y no al contrario, como nos habían ofrecido y hoy, a diario, mantienen ese discurso triunfalista.
No exagera Uresti cuando se pregunta que de qué nos sirve mantenernos libres de injerencias extranjeras si vivimos la opresión de los cárteles y de un gobierno empecinado en encontrar distractores para ocultar nuestra realidad actual. Esta es la verdad a la que los mexicanos nos enfrentamos a diario ante el riesgo de ser asaltados en el transporte público o en las carreteras, o extorsionados en nuestros negocios. Esta es nuestra realidad.
Es incómodo, pero el comienzo para poder salir de esta crisis mayúscula es reconocer el problema y el gobierno lo debe enfrentar. Para hacerlo no es malo convocar a todos los mexicanos a defendernos, pero no contra Trump, que no hace otra cosa que defender al país que gobierna.
Sí debemos sumar esfuerzos y es de desear que sea del lado de nuestras autoridades.
No podemos negar la aseveración contundente de la periodista a Sheinbaum: Usted nos llama a cerrar filas contra el enemigo externo, mientras que el verdadero enemigo sigue creciendo, protegido por las decisiones de su gobierno.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.

Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.