Es innegable que la reacción virulenta de la alianza opositora en contra del 4º Piso se ha incrementado en la medida que los vínculos del gobernador Menchaca Salazar con el líder de Morena Hidalgo, Marco Rico, han perfilado una estrategia de reestructuración del partido guinda, condición que ha empezado a generar efectos positivos en la depuración política de las estructuras del partido y gobierno.
Las variables del deterioro político que sufre la oposición del antiguo régimen en Hidalgo, marcadas por un proceso de decadencia en la conducción e interlocución ciudadana, tanto en PRI, PAN y PRD, han precipitado la agudización de las contradicciones en sus estructuras políticas y bases militantes, al grado que los pronunciamientos en contra del gobierno de Julio Menchaca han creado un foco de reacción premeditada, tratando de vincular los logros de los programas sociales de las Rutas de la Transformación con proselitismo político guinda.
Marco Mendoza, líder del PRI Hidalgo, le solicitó al INE que se pronuncie y aclare que los programas sociales no le pertenecen a ningún partido político, advirtiendo el impacto social que han tenido en la ciudadanía en Hidalgo, desde las Rutas de la Transformación del gobernador Menchaca Salazar. Estos impactos sociales cancelan el discurso de inoperancia gubernamental que la oposición ha desplegado, con una intensidad inusitada, en contra del 4º Piso. La oposición intenta frenar en el imaginario colectivo ciudadano, la tendencia creciente de apoyo a las y los candidatos de Morena Hidalgo.
El papel que juega Marco Mendoza, en esta defensa de la alianza opositora, mantiene el discurso de “víctima y victimario político”. Discurso que se ha precipitado, tratando de crear una línea de analogías entre el poder hegemónico del Estado morenista y los posibles vicios que pudiera infringir a la salud democrática del proceso electoral en puerta. Estrategia discursiva que, hasta ahora, no ha experimentado ningún dividendo político en favor de su alianza partidista de cara a las elecciones del 2 de junio.
El déficit de credibilidad política que presenta la retórica de Marco Mendoza, no es distinto al que prima a nivel local y nacional en las estructuras de PRI, PAN y PRD.
Es significativo que la pérdida de credibilidad aliancista viene precedida, en el caso particular de Hidalgo, de las asimetrías sociales que generó el bastión priista y, desde luego, del efecto Menchaca, que evidencia operación política desde las Rutas de la Transformación.
Marco Mendoza debe entender que el ejercicio de gobierno tiene, invariablemente, un imaginario político. Su petición al INE de pronunciar que los programas sociales no le pertenecen a ningún partido político es válida; pero, no puede nulificar la presencia partidista de Morena Hidalgo y de su abanderado, el gobernador constitucional, el cual, tiene una filiación partidista conocida por la ciudadanía hidalguense y un impacto político.
En este juego discursivo de analogías de ficciones políticas, como las construidas por la oposición para hacer pasar al gobierno de Julio Menchaca como inoperante, destaca la analogía política que percibe la ciudadanía entre las Rutas de la Transformación y la dignificación del tejido social. Esta analogía tiene credibilidad, legitimidad y proyección de adhesión política al proyecto guinda; cuestión innegable que explica la reacción de Marco Mendoza, que en realidad, es un efecto de la reacción de la alianza opositora a nivel nacional.
La paradoja política alecciona que, análogamente, el líder del tricolor Hidalgo experimenta no sólo a título personal el déficit de credibilidad de la alianza opositora, sino también, el peso de la memoria colectiva ciudadana sobre el antiguo régimen.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
