El balance de la comunicación política

En el actual proceso electoral tiene más peso la imagen que se proyecta en redes sociales que las propuestas y oferta política de las y los candidatos, la ciudadanía debe exigir un mayor nivel, porque lo que está en juego es la transición hacia un nuevo modelo político.

Las y los candidatos, en este proceso electoral en Hidalgo, no parecen contar con un aparato de comunicación política capaz de generar una reacción mediática de vanguardia y que haga que la ciudadanía pueda jugar cognitivamente en su favor en la intención de voto.

 

Esta atroz realidad de empobrecimiento y despolitización ciudadana, es consustancial a la responsabilidad y precariedad del trabajo interno de los partidos, los cuales no tienen estructuras mediáticas que puedan posicionar a sus candidatas y candidatos en los reflectores de seguimiento social. Esta impericia que denota que la comunicación política no es equiparable a la comunicación social y que, en ocasiones, es estructurada adrede.

 

Desde el inicio de las campañas, el manejo mediático de los partidos en la contienda electoral de Hidalgo oscila en términos de información y no de formación política a la ciudadanía. Se ubica y focaliza en presentar más imágenes que sustentos discursivos, porque los sustentos y planteamientos discursivos suelen ser pobres o precarios, no ilustran a la ciudadanía con vigor y profundidad lo que implican las propuestas y plataformas programáticas de las y los candidatos, cuestión que en “apariencia”, revitaliza la imagen y la pone en primer cuadro.

 

Por esta razón, tanto los proselitismos de tierra como los debates que ha empezado a posicionar el IEEH, no han surtido el impacto en la ciudadanía que esperan las estructuras de partido y sus candidatas y candidatos, creando escenarios vacíos, demagógicos y gatopardistas poco atractivos para la ciudadanía que suele no encontrar los matices que diferencian a una oferta política de otra; por lo que el mejor spot publicitario y red social es la mejor propuesta y oferta política.

 

La escasa audición en los debates políticos en este proceso electoral en Hidalgo, ha tratado de ser sustituida por la creación de imágenes “ficticias” y estereotipos de las y los contendientes, creando un escaparate que se ha movido en las redes sociales de manera superflua, por lo que las propuestas y la oferta política han pasado a un segundo plano, empobreciendo un proceso electoral concurrente y que tiene una importancia vital, porque se está jugando la transición hacia un nuevo modelo de política en la nación.

 

El empobrecimiento de la cultura y la realidad social que han creado plataformas como Facebook y Tik Tok, ahora se traduce en esquemas crecientes de empobrecimiento de las campañas políticas, porque crean escenarios y estereotipos que desvirtúan la realidad de la oferta política y las propuestas de las y los candidatos, creando falacias de comunicación que, sin embargo, parecen gustar y convencer con mayor peso que las plataformas programáticas y propuestas a las que la ciudadanía puede acceder en cada portal de los partidos políticos.

 

En todo caso y frente al empobrecimiento de la política, se advierte que, en Hidalgo, la realidad de empoderar a la ciudadanía en una cultura política que conlleve conocimiento y crítica de los proyectos políticos y sus propuestas, se encuentra ausente y ello es directamente proporcional a las respuestas públicas que, una vez concluido el proceso electoral, tendrá la ciudadanía acorde a las y los candidatos que se posicionen en la palestra pública. (De aquí la lapidaria frase, los pueblos tienen los gobiernos que se merecen).

 

La despolitización de la ciudadanía se correlaciona con la rapacidad y felonías que la clase política le propina al pueblo; por lo que no exigir una comunicación política fehaciente y propositiva, es causal directa del avasallamiento político que, en la ignorancia y desconocimiento, encuentra el foco fértil para que la clase política se sirva de la ciudadanía.


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