El Diego

Hoy falleció El Diego, el futbolista argentino que por su calidad trascendió las fronteras de su país para hacerse universal, como pasa con todos los grandes personajes que la humanidad adopta como parte de la raza humana. En este caso, es para el mundo del futbol, un deporte que logra paralizar a la humanidad en sus grandes competencias y que provoca lo mismo fiestas de hermandad que rivalidades, que van hasta las guerras como sucedió en Centro América.

Si bien para el mundo del deporte es un golpe severo, por lo que representa la pérdida de un jugador de este tamaño, a los argentinos los lleva seguramente a reflexionar en lo que significó como factor de unidad de esa nación, en momentos en que el orgullo argentino había sido destrozado por los ingleses en la guerra de Las Malvinas.

Y es eso, ser factor de unidad, lo que parece ser su logro más grande, pues lo que los políticos no supieron defender con responsabilidad, lo logró El Diego.

Para cualquier ciudadano debe ser, en su parte de miembro de un pueblo, su responsabilidad más trascendente aportar con su trabajo que se fortalezca la unidad de su comunidad, nacida del orgullo nacional.

Ser factor de unidad del pueblo es un gran logro y El Diego lo logró, sobre todo con su partido en el estadio Azteca contra Inglaterra, con la mano de Dios, y aquel gol inolvidable llevando el balón cocido a los pies, hasta terminar en aquella anotación, que el narrador uruguayo Víctor Hugo Morales inmortalizó con una narración, que sigue siendo un modelo por lo emotivo, y que termina con la frase “barrilete cósmico“.

Lograr por el trabajo que la ciudadanía se una y sienta el orgullo de formar parte de un pueblo, no es logro menor y, menos, para una nación como la de Argentina, que en los logros del 10 encontró un camino para recuperar su sentido de nación y de pueblo.

En México es una urgencia encontrar quien una a la nación, porque los encargados de la cocina enderezan su trabajo a la confrontación y a las descalificaciones y el resultado es un país dividido y lastimado.

¿Quién será El Diego que le devuelva a México la unidad y orgullo nacional que languidece en peleas absurdas de poder? 

El Diego, con todos sus defectos y lastres humanos, lo logró en Argentina… ¿y en México?

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.