En el olvido, los pueblos originarios de Hidalgo

Es necesario que se revise la realidad social de los pueblos originarios en los diálogos de las Rutas de la Transformación, donde no sólo se reconozca la deuda histórica que se tiene hacia ellos, sino que se creen nuevas formas de protección legal y amparo a sus comunidades en Hidalgo.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Como tema tangencial y poco significativo se tocó en los debates de la pasada contienda electoral del 2 de junio la protección y amparo a los pueblos originarios de Hidalgo.

La ampliación de las libertades para los pueblos originarios no fue uno de los temas centrales en los debates políticos y no lo es ahora una vez constituido a nivel nacional el ascenso político de Claudia Sheinbaum. En este plano, son otros los temas nacionales que adquieren un carácter fundamental como economía, política, educación y cultura; empero, la realidad de los pueblos originarios aparece sólo como alegoría de comparsa en los discursos de la palestra pública.

Todo indica que la matria de la que provienen los pueblos originarios no es importante para la patria de la modernidad. Más aún, el contrato social está desprovisto, de jure y de facto, de la virtud de pensar a la patria como la matria que reveló la tierra en los pueblos originarios.

Hidalgo es tierra fértil de esos pueblos originarios que han sido marginados del desarrollo político, económico, educativo y cultural; temas centrales de los diálogos políticos, al menos en las retóricas, que aparecen desprovistas y vacías de hechos contundentes para dignificar sus estructuras sociales.

Es imprescindible que las Rutas de la Transformación atiendan a los pueblos originarios que han sido, históricamente en Hidalgo, víctimas de violaciones a sus derechos de costumbres y dignidad humana. Al respecto, no se percibe una lucha vigorosa de defensa de los pueblos originarios desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Hidalgo, que invoque a una presencia significativa y la involucre para ponderar los déficits humanos y sociales que existen en las comunidades indígenas.

Es necesario que se revise la realidad social de los pueblos originarios en los diálogos de las Rutas de la Transformación, donde no sólo se reconozca la deuda histórica que se tiene hacia ellos, sino que se creen nuevas formas de protección legal y amparo a sus comunidades en Hidalgo.

La protección legal no puede ser uniforme. La realidad de los pueblos originarios merece una interpretación endogámica de las legislaciones, las que deben ser sensibles a una realidad cuya conformación cultural no puede ni debe uniformarse. Trascender en el propósito de la protección legal a los pueblos originarios en Hidalgo, que se cree una comisión expresa para su defensa en el Congreso local, como signo inequívoco de que el humanismo político de la nación inicia en el humanismo de la matria de los pueblos originarios.

En este escenario, es necesario que exista desde el gobierno de Hidalgo un programa de evaluación de la realidad social de los pueblos originarios que permita una aproximación debida al entendimiento de una realidad sui géneris, condición expresa para que el desarrollo de programas sociales hacia los pueblos originarios tenga el impacto debido y acorde a su realidad.

Los pueblos originarios en Hidalgo se encuentran en el olvido y, lo que es peor, en un abandono indolente que lastima las entrañas de la conciencia. Abusos, excesos públicos y privados perpetran una cruenta realidad sobre las formaciones sociales de los pueblos originarios. Se trata de un proceso inenarrable que ha encubierto históricamente el despojo, la marginación y la violación de sus derechos como artífices y herederos de la matria no reconocida en la nación.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.