A nadie debe sorprender que muchos de quienes participaron el domingo pasado en la manifestación en favor del INE en la Ciudad de México y en varias ciudades del interior del país no conozcan a detalle los pretendidos cambios del gobierno de AMLO a la ley electoral en vigor, pues lo cierto es que salieron a las calles porque no están de acuerdo con las políticas del actual gobierno.
Claro, lo que pueda suceder en nuestro país cuando se trata de establecer -o en este caso cambiar- las reglas para elegir a nuestros gobernantes no es un asunto de menor importancia, pero sin duda la movilización ciudadana fue la oportunidad para protestar por la falta de medicamentos de todo tipo, pero en especial para niños con cáncer; por la desaparición de programas, como el de escuela de tiempo completo; por las diarias agresiones a amplios sectores de la población, como periodistas, empresarios, investigadores y un largo, muy largo, etcétera.
Algunos aseguran que en la CDMX se reunieron alrededor de 500 mil personas. No hubo marcha, simplemente la gente se concentró en la plancha del zócalo y fue tanta que se hizo común la frase: “nos faltó zócalo”. Y en el interior del país hubo ciudades como León (Guanajuato), en donde la asistencia se calculó en 40 mil personas y en Morelia (Michoacán), en 30 mil.
La manifestación, que ha sido una de las de mayor asistencia en la historia moderna de nuestro país, habrá de impactar no solo en el ánimo del propio López Obrador y sus cercanos, sino también entre los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), instancia encargada de declarar como válidas o no las reformas a las leyes secundarias en materia electoral, una vez que las pretendidas reformas constitucionales no prosperaron y por lo que surgió el llamado “Plan B“.
Este movimiento social ha unido fuerzas, sí de partidos políticos contrarios a Morena, pero sobre todo entre grupos sociales de todos los orígenes. Por ejemplo, resulta interesante constatar que muchos de los asistentes al evento dominical eran gente adulta. Extraño el hecho si reflexionamos que los mayores de 65 años reciben una pensión por parte del gobierno, lo que les supondría la convicción de ser incondicionales seguidores de las políticas gubernamentales. Pero no es así.
Analicemos a dos oradores en el evento: José Ramón Cossío, exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien señaló que el organismo del que fue parte no puede avalar un proyecto que es irregular desde su proceso de aprobación en el Poder Legislativo, pues las reformas que pretenden reducir los recursos humanos y presupuestales violan los principios de equidad y de certeza. Por su parte, la exdiputada federal Beatriz Pagés Rebollar dijo que la SCJN debe echar al “basurero de la historia” las pretendidas reformas porque son inconstitucionales e inmorales, y añadió que lo que se pretende al despedazar al INE es facilitar la ruta a una dictadura electoral.
La postura del partido en el poder era de esperarse, pues, su dirigente nacional, Mario Delgado, tachó de farsa a la magna manifestación ciudadana, y aseguró que los asistentes solo pretenden mantener vigentes las prácticas del antiguo régimen y seguir manipulando a las autoridades electorales.
En fin, que esta concentración dará para muchos días y semanas de comentarios de todo tipo. A estas alturas a nadie va a sorprender la actitud de AMLO ante el hecho; el menosprecio, la crítica y descalificación a los asistentes será estrategia cotidiana desde el púlpito de la mañanera.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.
