Quien pueda asumir que en la vida social y, en específico en el quehacer político, existe neutralidad, es decir, la templanza de observar un objeto (realidad), en forma imparcial, está equivocado.
Las Rutas de la Transformación, que ha emprendido el gobernador Julio Menchaca, no son un acto de proselitismo político, son, en todo momento, la concreción de la tarea pública y dignificación del tejido social en Hidalgo. Estado donde la pobreza y desigualdad son el legado de nueve décadas de administraciones del antiguo régimen, porque tanto la pobreza como la desigualdad social no aparecieron por arte de magia en este gobierno de alternancia política.
La clase política del antiguo régimen ha puesto el dedo en la llaga en una serie de pronunciamientos y acusaciones sobre ineficiencia pública, intervención política en el proceso electoral y uso indebido de programas sociales desde un proselitismo político morenista. Acusaciones y señalamientos en contra de la actuación de Menchaca Salazar, debido a que los rendimientos políticos decrecientes que la vieja guardia en Hidalgo y en el país experimenta, mantienen deprimida a la alianza opositora que percibe, con parametría y sin ella, que la derrota política tiene fecha: 2 de junio 2024.
La postura destructiva de la oposición política en Hidalgo hacia el gobierno de Julio Menchaca se erige en un planteamiento absurdo y falaz. El gobernador Menchaca Salazar no puede quitarse la investidura política que lo llevó al poder e, inclusive, que el Plan Estatal de Desarrollo deje de presentar la visión morenista de la transformación, para volverse “neutral o imparcial”, es poco menos que una aventura sin armas en un safari.
Los reclamos de la oposición política del antiguo régimen en Hidalgo al gobernador Menchaca Salazar, que habrá de reanudar en pleno proceso electoral las Rutas de la Transformación, resultan insulsos y fuera de lugar.
La realpolitik es un término de ciencia política que expresa el pragmatismo y criterio político al margen de la ideología. El compromiso gubernamental de Julio Menchaca hacia su pueblo, en la tarea expresa de servir a la ciudadanía, no puede presentar vacíos o un impasse en tiempos y movimientos porque exista en puerta un proceso político como el que se vive; ello implica postergar la tarea pública y obstruir su concreción en pro de la ciudadanía, esto es claro y no merece mayor explicación.
El gobernador Julio Menchaca ha tenido una gestión político-administrativa limpia, sin pronunciamientos partidistas o sectarios. No se le puede exigir que deje de pertenecer a su partido para “crear neutralidad o imparcialidad política”.
En la conducción del gobierno de alternancia, Julio Menchaca presenta una sola postura: es el gobernador de todas y todos los hidalguenses.
El análisis crítico de cara al proceso electoral, invita a reflexionar sobre la entereza política del gobernador Menchaca Salazar, que se ha mantenido ecuánime, sin injerencias públicas en esta contienda partidista, creando los instrumentos de gobernabilidad pública en un momento donde la crisis del agua ha propiciado desencuentros y beligerancia social. Impacto hacia la administración pública que ha sido encarado con honradez y sensatez por el actual titular del Poder Ejecutivo de Hidalgo, creando un trabajo coordinado para atender el problema.
Las Rutas de la Transformación, por vez primera, se erigen como un ejemplo de reivindicación de justicia social. El gobernador Menchaca Salazar no puede perder la brújula de su gobierno y está haciendo lo correcto: ¡primero el pueblo!
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
