La expresión popular “boquear” se refiere a cuando una persona agoniza y vive sus últimos momentos respirando con dificultad antes de exhalar el último aliento. Y por lo que se ve, la alianza entre el PRI, el PRD y el PAN boquea, electrocutada por la reforma eléctrica de AMLO, particularmente por la indefinición y actitud sospechosa del PRI, cuyo presidente nacional, ALEJANDRO MORENO, dicen que busca en la aprobación de la misma ganar la indulgencia del presidente tras errores cometidos cuando era gobernador de Campeche y así frenar la espada que ya tiene en sus manos la actual mandataria, Layda Sansores.
Lo cierto es que, mientras el PAN y el PRD ya marcaron una decisión en contra de la reforma, el PRI, en declaración de su dirigente, dice que no hay prisa, que van a estudiar la iniciativa y luego decidirán.
Acción Nacional, en voz de JORGE ROMERO, coordinador de los legisladores azules, fue tajante al señalar que el futuro de la alianza depende del voto de los partidos hacia la reforma y les dijo a los priistas que con hechos demuestren si quieren la alianza, porque una alianza son hechos y no dichos, y puntualizó que si el pacto entre ellos se mantiene en los hechos, así seguirá, y que de lo contrario habrá una diferencia de 180 grados.
El PAN se ha manifestado abiertamente contra la iniciativa y ha decidido que votará en contra porque afecta a México. Por su parte, el PRD, en palabras de su presidente nacional, JESÚS ZAMBRANO, dijo que la decisión sobre la reforma eléctrica será la prueba de fuego de la fortaleza de la alianza.
Cómo estarán las cosas, que en las filas de legisladores del PRI ya surgió la división en cuanto a la decisión sobre la reforma con fuerte oposición a la misma, la cual, dicen, no necesita análisis para saber que no le conviene al país.
EFECTOS
El PRI tiene en esta reforma el camino para iniciar una presencia de partido fuerte y realmente sensible a los problemas populares, o de ver cómo se apagan sus últimas luces. Si no actúa con responsabilidad histórica y se imponen criterios de conveniencia personal, los años del tricolor como partido sin posibilidades fuertes de poder crecerán, con la urgencia de refundarlo para empezar prácticamente de cero.
EN HIDALGO
El priismo nacional tiene en Hidalgo su bastión y presencia más fuerte, con un partido bien estructurado y una dirigencia que trabaja y no se duerme, y fundamentalmente con un gobernador que en opinión de mucha gente es de los mejores de México. Si Morena busca la alternancia, no la va a tener fácil.
LA ALIANZA
En la elección pasada, la alianza con el PAN y el PRD tuvo eficacia mediana y en muchos municipios quedó claro que fue el PRI quien logró realmente los votos. Sin embargo, para la elección de nuevo gobernador, a realizarse el 5 de junio del año que viene, la alianza es una alternativa que no se ve mal, porque del otro lado todo indica que sí irán en el mismo bloque de partidos.
Sin embargo, parece que no dependerá del PRI HIDALGO que se mantenga o no la alianza y que será el proceder del PRI NACIONAL en el caso de la reforma eléctrica quien decida si se mantiene este acuerdo y por lo menos hay signos de que la unión boquea, porque se electrocuta feamente, y lo más lamentable, se dice, por decisión del dirigente nacional, que ve en esta reforma un camino de redención.
CANDIDATO Y ALIANZA
El PRI en Hidalgo tiene dos retos fuertes para la lucha por la gubernatura: elección adecuada de su mejor carta, que provoque y fortalezca la unidad del partido, y decidir qué pasa con la alianza. Ambas tareas deben ejecutarse con sabiduría y responsabilidad, si privilegian la unidad y los valores del partido, pueden ganar; si se imponen otros criterios, la noche les caerá encima.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.
