Hace algunos años, El Salvador estaba profundamente sumido en un abismo de inseguridad y pobreza del que parecía que nunca podría salir; las pandillas dominaban las calles y el gobierno simplemente no tenía autoridad alguna dentro del país. Hoy, la nación centroamericana es una de las más seguras del mundo, sus habitantes pueden disfrutar de la vida fuera de sus casas y se benefician de los distintos proyectos que ha puesto en marcha el gobierno de uno de los personajes más controversiales del momento: Nayib Bukele.
El actual presidente de El Salvador ha hecho historia, pues se estima que ganó las elecciones de este domingo con el 80% de aprobación, cifra que ningún presidente había logrado antes y que nos tiene a la expectativa sobre su siguiente movimiento, ya que no sólo es su legitimidad la que sorprende, sino que también su partido obtuvo 58 de 60 lugares dentro de la Asamblea Legislativa, lo cual le da un poder prácticamente absoluto dentro del país.
La solución que Bukele implementó para abatir el problema de las pandillas, así como la construcción de infraestructura para brindar servicios gratuitos a la población, han sido los factores que lo han llevado a lograr la omisión diversos artículos de la Constitución salvadoreña sin repercusión alguna. Bukele sabe que cuando alguien cuenta con el apoyo de la población, no hay variable alguna que lo pueda detener, lo cual se evidencia en la estratosférica campaña mediática que lanzó en redes sociales y que le valió el apoyo prácticamente de toda la población joven.
Sin embargo, si echamos un vistazo al pasado, podremos observar algunos ejemplos de autoritarismo cuando una persona tiene tanto poder, como el encarcelamiento de personas sin saber si son culpables, el hostigamiento en contra de medios de comunicación que no son afines al gobierno o la colocación de jueces o un fiscal a modo. Y es que, pese a las buenas intenciones que un gobernante pueda tener, el poder absoluto en unas solas manos es peligroso y podría desencadenar consecuencias terribles en contra de la población.
Es un hecho que el gobierno de Bukele ha beneficiado enormemente a la población, la gente lo ama y está sumamente alegre con las acciones que ha realizado; sin embargo, que el poder recaiga en una sola persona, aun cuando esta persona parezca ser buena, puede desembocar en una dictadura, régimen que históricamente ha demostrado sus malos resultados.
Por: Carlos Nander
Estudiante de la disciplina de las Relaciones Internacionales en búsqueda de los posibles efectos que pueden generar dentro de nuestro país. Amante del conocimiento, la historia y el cine.
