La penúltima emisión de la segunda temporada de los Jueves de Cine en Casa Buñuel reunió al veterano director Felipe Cazals con, el colega y amigo, Leonardo García Tsao.
El crítico tiene un libro sobre el director, así que lo conoce bien y hubo familiaridad para hablar de sus últimos filmes: Las vueltas del citrillo, Chicogrande y Ciudadano Buelna. El director recordó que la segunda de ellas era un viejo proyecto, al que Margarita López Portillo le negó el permiso, “por sus pistolas”. Reflexionó acerca de la censura y dijo que, afortunadamente, esta ha desaparecido y ahora solo existe la autocensura.
Cazals se mostró partidario del celuloide, pues tiene una mayor fidelidad de imagen, y manifestó su deseo de que las cintas se vean en los cines y no en plataformas; por ello, celebró el rescate de algunas de sus mejores películas; entre ellas, Canoa y Los motivos de Luz. Confesó que la más exitosa de todas fue Las Poquianchis, cuya edición trajo graves conflictos y le provocó su primer infarto a uno de los guionistas, Tomás Pérez Turrent.
Pese a la pandemia, Cazals se mostró optimista sobre el futuro del cine, afirmando que este ya sobrevivió a periodos oscuros, como el sexenio de Vicente Fox y 1992, año en el que solamente se filmaron dos cintas. “Mientras un joven tenga el deseo de tomar una cámara para filmar y contar una historia, seguirá existiendo el cine. Afortunadamente, hay muchos jóvenes con esa inquietud”, dijo.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
