El Imperio Romano desapareció junto con sus grandes personajes militares y políticos, oradores y filósofos, pese a que era la gran potencia del mundo y como este imperio el Persa, el Egipcio, el Azteca y el Maya, quedando claro que nada es para siempre y que lo que hoy brilla y parece eterno, como obra humana, tarde que temprano tiene su ocaso y pasa a ser un buen o mal recuerdo de acuerdo a lo que haya sido.
En su momento parecen imbatibles para todo, incluido el tiempo, y hay quienes así lo creen y los celebran y les cantan loas, porque ese parece el camino para beneficiarse de los grandes señores de esos núcleos de poder.
Pero todo pasa y, en política, ni se diga.
En México parecía que el PRI era eterno y en el 2018 se demostró que no y dio pie a la llegada de alguien que piensa que con él empieza todo y una nueva creación, de tal manera que hay que borrar el Génesis que estamos en nuevos siete días de la creación de México.
Perder el sentido de la temporalidad, de que esto es pasajero, hace que muchos hombres y grupos de poder piensen y actúen como si nunca fueran a irse e intentan perpetuarse a través de hijos, hermanos, nietos e incondicionales, que forjan una casta de sangre azul que piensan que el poder les pertenece por ser parte de un apellido o de un clan.
Pero llega el día en que languidecen, se apagan hasta desaparecer.
En los últimos tiempos en Hidalgo dos grupos o familias de poder se encaminan al ocaso: EL GRUPO UNIVERSIDAD, en la casa de estudios con ramificaciones en cargos públicos, y LOS CHARREZ, en el Valle del Mezquital, con asociaciones supuestamente sociales y un aferrarse al poder en los hechos.
GRUPO UNIVERSIDAD
Es creación de Sosa Castelán desde hace más de 40 años, en que ha sido la voz que decide todo y, sin duda, la llegada o salida de rectores según convengan.
Ha sido priista y presidente de este partido, del PAN, de MC y dueño de un partido local y en los hechos el patrón de Morena, con buena cosecha de diputados locales y federales que se empeñaron en dañar, sin éxito, el gobierno de Omar Fayad.
Pero “a todas las capillitas les llega su fiestecita” y a la de Sosa le empezó la fiesta de fin de cursos el 31 de agosto del 2020, cuando lo detuvieron en la Ciudad de México por malos manejos del dinero de la UAEH y en el fondo por los 151 millones de dólares que siguen congelados por la sospecha de lavado de dinero.
El grupo se cuarteó y más de uno de los incondicionales lo abandonó y sus apuestas políticas para alcaldes, empezando por su hermano Damián, sufrieron una derrota muy fuerte el 18 de octubre. La luz se empezaba a apagar.
Ya no es lo mismo ese grupo ahora que en el 2018, sobre todo porque Sosa lleva en la cárcel cerca de un año y, aunque los hechos dicen que sigue manejando al grupo y a la universidad, no cabe duda que pese a que coló candidatos para diputados federales y locales para el 6 de junio, ya todo cambió y si gana algo, solo será para ver que 2021 no es el 2018.
LOS CHARREZ
Durante mucho tiempo fueron los amos del Valle del Mezquital, gracias a que la autoridad no fue capaz de ponerlos quietos en sus abusos de presión y chantaje y porque tuvieron el poder municipal de Ixmiquilpan 8 años seguidos e iban por otros cuatro años, cuando la ley bajó del caballo a VICENTE por abusivo y tuvo que decirle adiós a sus aspiraciones para ser alcalde; recibió un nuevo porrazo cuando intentó ser candidato a diputado y simplemente y conforme a la ley no tenía derecho para serlo y va pa’bajo.
Cipriano está en el bote, entre otras cosas porque ya no es diputado federal pues lo desaforaron por el accidente del FITZHI, en Ixmiquilpan, donde después del accidente que provocó, dejó morir quemado a un joven.
Ese grupito de los Charrez se desvanece también y no parece que tenga retorno por lo menos en la fuerza que tenía.
CUIDADO.
Sin embargo los momentos más peligrosos de las fieras son cuando están acorraladas y son capaces de todo. Y parece que la garza y los CHARREZ están acorralados… y, en unos días, vienen elecciones.
Mucho cuidado.
