Nación paranoia

¿Qué pueden hacer todos? Alabar y culpar.
Esta es la virtud humana, esta es la locura humana.
Friedrich Nietzsche

 

México tiene una nueva enfermedad: la paranoia. Desde hace un tiempo todos los mexicanos nos encontramos en un estado de crisis que nos impide mirar la realidad con objetividad. El último hecho que desató nuestro episodio paranoico fue la caída del helicóptero en el que viajaban la gobernadora del estado de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle.

En pleno inicio de la transición al nuevo gobierno, este suceso desató un incendio en redes sociales y nos ha permitido ver los graves síntomas de nuestra recién diagnosticada enfermedad. Los protagonistas de la vida política nacional, diputados, senadores, el propio presidente de la República, líderes de opinión, gente que se cree líder de opinión y, por supuesto, los ciudadanos de a pie, reaccionamos y creamos nuestras propias teorías conspiratorias al respecto de lo sucedido.

Que si se trató de un magnicidio, de una venganza política de los opositores y hasta de un plan maquiavélico gestado desde el gobierno federal (cuyo representante no apareció a hacer declaración alguna en persona ni acudió a los funerales, lo que nos dio aún más material para seguir con las teorías). Las redes se convirtieron en una gran arena afición en la que todos peleaban sin control, ofreciendo sus mejores argumentos para darle sustento a las descabelladas teorías. Y no paramos.

Este hecho nos puso al descubierto, somos un país enfermo y ahora sabemos cuál es nuestra condición. La paranoia es un trastorno caracterizado por la presencia de ideas delirantes (de estas tenemos hasta para regalar), mismas que se entienden como creencias vividas con profunda convicción a pesar de la presencia de evidencias que no apoyan lo que promovemos como verdadero. ¿Ahora lo notan? Estamos enfermos, somos un país que sufre de una falsa atmósfera de libertad de expresión ¿qué es eso? ¿Poder decir lo que sea sobre el asunto que sea no importa el nivel de delirio implícito en lo que decimos? Mientras las cosas andan y este país sigue entre las brasas, nuestra enfermedad va a empeorar y entonces nadie nos podrá salvar de la locura.