Seguramente, usted se acordará de que el 29 de junio del 2014 estuvimos muy cerca del quinto partido en el Mundial de Futbol de Brasil, de no ser porque en el minuto 93, con el partido casi terminado para ir a los tiempos extras, el jugador holandés Arjen Robben simuló una falta, supuestamente cometida por Márquez, que un árbitro, de nombre Pedro Proença, marcó como penalti y quedamos fuera.
Todo México gritó: “No era penal! Y con esa amargura nos quedamos, porque está bien perder en justa batalla, pero no así.
Algo así pasa con la elección de alcaldes del 18 de octubre. En 62 municipios, los candidatos perdedores, o por lo menos uno de ellos, grita que no era penalti -su supuesta falta de votos- y que por lo mismo exigen que se anulen las elecciones y que haya otra extraordinaria. Que si fuera futbol, sería lo mismo que repetir el juego o anular el penalti, porque no era.
No son pocos los municipios que se pelean en el Tribunal Electoral, que tiene como Magistrada Presidenta a María Luisa Oviedo Quezada, que debe resolver con los magistrados del tribunal, más de 130 recursos de impugnación en los que hay lo mismo juicios de inconformidad que juicios ciudadanos.
Se impugnan, entre otros municipios: Tulancingo, donde Morena y su candidato Damián Sosa creen tener argumentos para revertir el resultado, mientras que Jorge Márquez del PRI manifiesta seguridad en su triunfo. Este municipio tiene la lectura especial de ser un símbolo del Grupo Universidad y por eso lo pelean con uñas y dientes.
Llama la atención que sea Morena quien tiene más quejas, en lo que se ve como un intento de ganar lo que se pueda de lo perdido, aunque todo mundo sabe que por su desorganización y poco sentido de responsabilidad, era un partido derrotado desde antes de la elección.
El PRI es el otro partido con más quejas, que está claro busca incrementar sus triunfos con los que es la fuerza política número uno de Hidalgo.
Y pensar que no todo termina en el Tribunal Electoral del estado, porque quienes no estén de acuerdo pueden llevar sus casos a un tribunal federal.
Noviembre es un mes de mucho trabajo para María Luisa Oviedo Quezada y colegas en el Tribunal Electoral de nuestro estado.
Y todo porque para muchas candidatos y partidos ¡No era penal!
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.
