Operación cero

La crisis del agua en México deja claro que se trata de un problema de distribución equitativa, puesto que son las empresas y productores más poderosos los que tienen el control.

Avatar photo

Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

La crisis del agua en México presupone un punto de quiebre que gobierno y sociedad en conjunto deben resolver, porque de lo contrario no habrá país, entendido como las personas que lo habitamos, así como las formas de producción que hacen posible la reproducción del tejido social.

Desde hace décadas que no sabemos de un solo programa de política de Estado, es decir, permanente, que hable del cuidado y preservación del agua, sólo vemos anuncios publicitarios que generan alegorías pendejas invitando a no hacer caso omiso del mensaje que se pretende enviar.

La cruenta realidad es que existe una apropiación desmedida de las cadenas productivas del agua y se privilegian los intereses económicos de unos cuantos en detrimento de la vida de millones de seres humanos. Pensemos en toda el agua que utilizan las refresqueras para sus productos; asumamos los millones de litros de agua que requiere la industria de la transformación para crear insumos como vehículos, edificios, alimentos y, digámoslo con cojones: la mayor parte de las personas que habitan en el país no tienen un automóvil ni casa ni alimentos.

Seamos claros: la distribución equitativa del agua entre la población no existe porque es un negocio de infinidad de empresas y productores; el consumo humano sale sobrando, existe corrupción y, casi seguro, nula planificación del consumo y disposición del agua.

¿Qué se requiere para que el consumo humano del agua esté garantizado? La respuesta es obvia: ir en contra de los intereses económicos creados que se han apropiado del líquido, que reciben ganancias multimillonarias y no hacen nada, y mucho menos gastan para preservar los recursos hídricos del planeta.

En este análisis crítico, ¿requerimos los ciudadanos enfrentarnos al Estado para que nos escuche y resuelva un problema que es más simple de lo que se cree?

Es pertinente empezar a discutir no el abasto del agua, sino la redistribución como derecho humano que impida que existan zares del mercado que se apropien de ella como si fuera el legado o patrimonio que su poder económico les dio como destino.

 

Sería espeluznante, como ya ocurre en infinidad de pueblos en el mundo, ver a mexicanos peleando por el agua y sacrificando su vida para obtenerla y preservarla.

 

Consultoría política: [email protected]. Suscríbete a mi canal de YouTube: “Ciudadanía de Kristal”.

Avatar photo

Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


ARCHIVADO EN:
, , , , , ,



Avatar photo

CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.