PT y Grupo Universidad viven la peor crisis de su historia

Todas estas facturas se cargan a la cuenta del PT y del Grupo Universidad, porque son ellos quienes han permitido esta inestabilidad política y educativa en los últimos días.

Las aguas turbias de la política empiezan a moverse al ritmo de las circunstancias. Pero más allá de la grilla, más allá de los dislates de algunos políticos, hay temas serios en los que valdría la pena poner atención, porque no sólo se trata de asuntos relacionados con la política, pues algunos rebasan los límites de los pactos que confluyen entre grupos.

Mucho se ha hablado del diputado local Edgar Hernández Dañu, quien fue vinculado a proceso por el presunto delito de narcomenudeo en su modalidad de posesión con fines de comercio, por lo que se le dictó prisión preventiva como medida cautelar. Esta no sólo es una noticia de alto impacto por tratarse de un legislador que en estricto sentido ocupa un escaño en el Congreso local para hacer leyes, sino porque hace evidente que al interior de los poderes hay perfiles que buscan otros objetivos y tienen muchos planes…menos para los que fueron contratados.

Hernández Dañu, representante del Partido del Trabajo, fue postulado para el distrito V Ixmiquilpan, que comprende los municipios de Cardonal, Chilcuautla, Ixmiquilpan, Nicolás Flores y Santiago de Anaya, pero lamentablemente no ha sido capaz de hacer un trabajo legislativo en favor de sus representados, por el contrario, ha mostrado una conducta que pone en jaque al partido y al grupo que representa.

Y es que el legislador ha sido denunciado penalmente cuando menos por dos mujeres por el delito de abuso sexual, ya que le gustan la parranda, los excesos y perder el control. Además, fue exhibido con un audio en el que intenta sobornar a un diario de circulación local para bajar una nota que daba cuenta de sus contravenciones. La cereza del pastel fue haber sido detenido con armas de gran calibre y con estupefacientes. Pues ¿en qué andan metidos los diputados locales? Hernández Dañu es sólo un ejemplo de las malas decisiones políticas que se toman.

No se trata de hacer lo políticamente correcto, como sus compañeras y compañeros diputados al decir que no saben si sea culpable, o que le desean un juicio justo y apegado a la ley. Eso es verborrea política, eso es formalismo puro para no meterse en aprietos. ¿Qué tendría que pasar para que alguno de sus compañeros sea capaz de levantar la voz y exigir firmeza en la aplicación de la ley en contra de políticos como Hernández Dañu? Todo es simulación y complacencia.

Además de lo anterior, se filtraron audios del diputado petista en los que se expresa mal del presidente de la República, incluso con palabras altisonantes; otro donde habla sobre una reunión que tendría con Damián Sosa para negociar candidaturas y uno más donde al parecer habla sobre un arsenal que adquirió de un grupo delictivo. Pero si esto no fuera suficiente, también circuló un video donde el diputado local se encuentra en un table dance en el Valle del Mezquital, mientras una mujer baila para su complacencia.

Todas estas facturas se cargan a la cuenta del PT y del Grupo Universidad, porque son ellos quienes han permitido esta inestabilidad política y educativa en los últimos días.

Los hechos han escalado hasta la tribuna del Congreso, donde en la reciente sesión ordinaria la diputada Tania Valdez, también del PT, expresó con los sentimientos a flor de piel y ante los ojos de sorpresa del presidente Osiris Leines, que ella no pertenece al Grupo Universidad y que llegó prácticamente de rebote porque no tenían candidata. Es decir, ella se desmarca del grupo que ha generado inestabilidad política porque se ha sentido amenazada.

Todo lo que toca la familia Sosa lo convierte en pandillaje, en botín o moneda de cambio; en su ADN está el instinto porril que puede generar conflictos sociales. Si por ellos fuera, buscarían que los 30 escaños que existen en el Congreso fueran ocupados por personajes como Edgar Hernández Dañu.


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