Hay quienes señalan que la política es el arte de comer mierda sin hacer gestos, lo cual quedó en evidencia hace unos días, cuando Rusia presidió el Consejo de Seguridad de la ONU, hecho que podría ilustrar aquello de: “traes al lobo al corral de las ovejas”.
Esta situación es espeluznante desde cualquier punto de vista, pero dada la manera en que las grandes potencias manejan la geopolítica, no debería extrañar a nadie, por el contrario, tiene lógica porque piensan que el planeta les pertenece y su omnipotencia está a flor de piel.
En este trazo de impotencia que experimentan los países que son parte de cadenas subalternas de valor de mercado y su control, subyacen las condiciones de la dominación bélica que acompañan a las lógicas de mercado, por lo que el sustento de toda expansión económica o de pretensión económica está acompañada por cuotas de beligerancia de Estado y la prepotencia de esas potencias mundiales se edifica en la agresión geopolítica.
Rusia asume el control perentorio del Consejo de Seguridad de ONU cuando la agresión a Ucrania ha causado miles de muertos y la soberanía de ese país es poco menos que un pedo en un huracán para la ONU, que como organismo rector de la unidad internacional no es más que un circo.
¿Dónde está la ONU como organismo garante de la paz mundial? ¡Qué gran mierda! Estar en la presencia del gran circo que es la ONU no sólo causa impotencia, sino que exige poder comer mierda sin hacer gestos, porque la podredumbre de la política internacional es añeja. Y parece que no aprendemos la lección en América Latina, porque los países subdesarrollados también presentan subdesarrollo político al ser comparsas de este espectáculo dantesco que protagonizan las grandes potencias en la ONU.
Desarrollar nuevos mecanismos de control de la beligerancia de las potencias y sus pretensiones imperiales ha sido el imperativo categórico a nivel del derecho internacional desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero hasta ahora es poco menos que letra muerta.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
