¿Qué presidente necesita Pachuca?

Suenan varios nombres de aspirantes a la alcaldía de Pachuca: uno que fue dirigente del PRI y que brincó de su partido para intentar volar con alas de garza; otro que tiene en el apellido su mayor fuerza pero también su mayor debilidad; un buscador de tesoros que ha vivido con nóminas generosas que, dicen, le regalaron sus padrinos y que con mínima presencia en Pachuca quiere ser presidente; un regidor que no lo haría mal y un ingeniero con capacidad suficiente para enfrentar con éxito los retos de este municipio. También se habla de un cantante, o excantante, que en eso de apropiarse de candidaturas no hay quién le gane y que ahora buscaría ser alcalde de Pachuca, pero con pocas posibilidades, porque la voz no le da ya para discos.

La pregunta importante parece ser: ¿qué presidente necesita Pachuca en este momento de su historia?, ¿un político clásico que privilegia el trabajo de este ejercicio en lo que se entiende como trabajo político y que, por encima de cualquier otra cosa, apuesta por la gobernanza mediante el acuerdo y el consenso?

En esta posibilidad encajarían el médico de apellido fuerte; el joven rico que siempre ha cobrado buen billete a la sombra del padrino poderoso, y ahora al parecer cobijado por el jefe de un grupo que viene a menos; el expresidente de partido que vendió su alma al diablo y cambió la camiseta tricolor por un par de alas que, todo indica, no le harán volar, pero dejan ver la manera en que un exgobernador intenta meter las manos en el proceso para mantener el poder; y del otro punto de vista, un ingeniero que conoce los problemas de Pachuca por los encargos que ha tenido.

La capital del estado necesita un político clásico o un experto en servicios que rompa con la inercia de tres años en que no se movió un dedo para responder a las urgencias de una ciudad que se asfixia por no tener caminos de progreso y por no ver acciones de equipamiento urbano y respuestas a problemas como el bacheo, o bien, el mantenimiento a obras que ya existen, pues nunca se vio una propuesta seria del futuro de la ciudad de acuerdo a su vocación, nacida de su ubicación y posibilidades que le dan obras a su alrededor.

Hablamos de infraestructura tan importante como el aeropuerto Felipe Ángeles, cuyo significado es enorme para los millones de personas que poblarán sus alrededores y tendrán exigencias de servicios, por ello es una puerta de oportunidad en ese renglón que plantea la urgencia de tener un alcalde que entienda de las necesidades de vialidades, de infraestructura urbana y en general de la obra pública, de modo que se le dé un nuevo rumbo a la ciudad.

Y en lo medular, hace falta alguien que ame a Pachuca y sepa dónde duelen las cosas. Con este panorama, ¿quién le parece la mejor apuesta para responderle con eficacia a la Bella Airosa?, ¿Veras Godoy, Navor Rojas, Francisco Xavier, Ricardo Crespo, Canek Vázquez, Luis Osorio, José Luis Lima o Benjamín Rico?

Sólo uno ganará y al parecer tiene los ases en la mano el aspirante cuya carrera y preparación lo convierten en la respuesta para Pachuca en este momento crucial de la historia, por la experiencia que acumula y por saber cómo responder en una hora de exigencias que el entorno y la historia le hacen a esta ciudad. ¿No cree usted? El nombre usted lo sabe, porque no es lo mismo que lo mesmo.

Avatar photo

Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , , , , ,



Avatar photo

SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.