El aumento de la vacunación y las infecciones no son factores que se correlacionan, al menos no en México, por lo que el hecho de que haya un número mayor de personas vacunadas no significa que hayamos salido del peligro, máxime cuando se ha registrado en diferentes estados un ascenso o repunte de los contagios.
En ese trazo existe un frenesí de las personas por salir a la calle y no continuar de manera rigurosa con las medidas de prevención sobre la pandemia, lo cual se percibe claramente con el aumento de personas en las calles y diferentes puntos de reunión, por lo que las señales del gobierno, inclusive a nivel mundial, sobre el control sanitario y el manejo de la información sobre los tiempos y movimientos para asegurar que ya no existe peligro social han sido muy débiles o inexistentes.
Frente a esta incertidumbre se encuentra el hecho de que, ante las señales confusas e inconsistentes del gobierno, ya se está planteando el regreso a diferentes actividades sociales, escolares y laborales, posibilidad que está causando estragos y temor en la gente por lo que puede suceder en torno al incremento de infecciones.
Por si fuera poco, el colmo es que la OMS no ha sido contundente con su respuesta a los cuestionamientos sobre cuándo y en qué términos se puede replantear la pandemia, por lo que a nivel internacional las cosas no son mejores. Sin embargo, hay que aceptar que no se trata de cronologías para indicar en qué mes y año se podrá retornar a la vida común, sino cómo deberá ser este posible retorno y, por ende, qué lógicas deberemos asumir como tejido social para poder seguir con nuestra vida.
De este modo, el reclamo que debemos hacer como sociedad es que la información que fluya de los órganos oficiales sea fuerte y clara, porque está en juego la salud de todos y, desde luego, la vida.
Tenemos que admitir que ningún planteamiento crítico podría haber asumido la coyuntura de la pandemia de la mejor manera, porque ni a nivel científico ha habido respuestas sustantivas, pero esto se ha sumado a que los gobiernos y organismos internacionales se vieron desbordados por la crisis sanitaria, y en este trayecto la muerte se volvió algo mucho más común y notorio de lo que siempre advertimos.
Nada puede quedar al garete en esta cruenta realidad, y es indispensable que los gobiernos precisen las medidas que se deben seguir con el aumento de la vacunación o más allá de ella, porque el tejido social está asumiendo tácitamente que el peligro se esfumó.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
