Sheinbaum y Menchaca blindan la 4T

“Sheinbaum y Menchaca, tras bambalinas en la conducción política de López Obrador, blindan la 4T en la lógica de un proyecto de largo aliento. La transformación política de la nación sólo puede darse con el control de la ingeniería constitucional y las reformas del presidente son el punto central de la consolidación política de Morena en el poder”.

El paquete de reformas del presidente Andrés Manuel López Obrador como estructura de blindaje constitucional de la 4T es una estrategia de control político de cierre de sexenio, donde el trazo de ingeniería constitucional -como advierte Giovanni Sartori, politólogo italiano- consiste en evitar que las leyes se conviertan en letra muerta, de tal modo que se perfila un cierre de filas de las gubernaturas con Claudia Sheinbaum en la ruta de los comicios de 2024.

 

Las constantes visitas de López Obrador a Hidalgo, y concretamente la estrecha relación con el gobernador Julio Menchaca, afianzan la estrategia de operación política gubernamental en un esquema sistémico de gobernabilidad y control del proceso electoral de 2024 que inició poco después del Quinto Informe de Gobierno y definió la nominación de Claudia Sheinbaum.

 

La decisión de quien encabezaría la candidatura morenista –tomada desde Palacio Nacional- controló la reacción partidista interna y derribó el trabajo de piso de Marcelo Ebrard. López Obrador disciplinó a las fuerzas vivas de Morena y dio paso a las rutas de la transformación como operación de estructura política en los estados guinda,

 

Cuando en Hidalgo el gobernador Menchaca Salazar inició las rutas de la 4T, se anticipó al golpe reactivo del caciquismo disperso del PRI y cortó las vías de operación de la debilitada estructura regional del tricolor en la Huasteca, poniendo fin a la congregación rural de lo que aún queda del añejo bastión priista. Pero fue más allá, reforzando la estructura de cuadros políticos regionales con un trabajo de proximidad ciudadana que no habrá de cesar a lo largo de su administración.

 

Sin generar sombras, Marcelo Ebrard pasó sin pena ni gloria, pero concretada la nominación de Sheinbaum, López Obrador comenzó el trabajo fino de la sucesión presidencial en los estados morenistas. Hidalgo se convirtió en el eje central, junto con el Estado de México, en la lógica de visibilidad del poderío guinda y su ascenso en el padrón de preferencia electoral.

 

Claudia Sheinbaum ratificó su relación con Julio Menchaca en Mineral de la Reforma, donde advirtió la necesidad de la unidad morenista frente a la enrarecida atmósfera de las nominaciones que Marco Rico no ha sabido conducir. Las dos visitas de Sheinbaum a Hidalgo, en enero y febrero, han operado para el control de la arena política. La avasalladora presencia de la candidata en suelo hidalguense atrapó la atención de los medios y la noticia que no cubrieron fue el análisis del trazo de consolidación de la continuidad de la 4T como estructura política de control gubernamental en el país.

 

Sheinbaum y Menchaca, tras bambalinas en la conducción política de López Obrador, blindan la 4T en la lógica de un proyecto de largo aliento. La transformación política de la nación sólo puede darse con el control de la ingeniería constitucional y las reformas del presidente son el punto central de la consolidación política de Morena en el poder.

 

El blindaje político de la 4T no inició en la conciencia política de la ciudadanía, sino en la depuración de la corrupción e impunidad del antiguo régimen a través de políticas de Estado, políticas públicas, cumplimiento de la tarea pública y programas sociales. Menchaca Salazar en Hidalgo sacude el inmovilismo político en la ruta de transformación y destierro de las rémoras de la vieja guardia que hoy le temen a la conciencia política del pueblo.


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