Durante la década de los setenta, el italiano Dario Argento se convirtió en uno de los directores de suspenso más famosos del mundo, gracias a una serie de películas con títulos como El pájaro de las plumas de cristal, El gato de las nueve colas y Cuatro moscas sobre terciopelo gris, en las que había una buena dosis de violencia, una técnica depurada y una espléndida música de Ennio Morricone que se volvió clásica. En la Cineteca Nacional se acaba de estrenar una de estas cintas restauradas, Rojo profundo.
Filmada en 1975, sobre un guion del propio realizador y Bernardino Zapponi, la obra narra la historia del pianista inglés Marcus Daly (David Hemmings, en su mejor papel desde Blow up), quien presencia a la distancia el asesinato de Helga Ulmann (Macha Meril).
Durante una conferencia un día antes, la parapsicóloga alemana había descubierto, entre el público asistente, a un asesino que consiguió escapar sin revelar su identidad. Con la ayuda de la intrépida periodista Gianna Brezzi (Daria Nicolodi), el jazzista trata de descubrir al asesino, sin pensar que está arriesgando su propia existencia.
Por primera vez, Morricone no se encargó de la música; esta fue encomendada al grupo progresivo Goblin, el cual hizo un trabajo excepcional que se convirtió en un nuevo clásico.
Profondo rosso es, pues, un clásico que marca uno de los puntos más altos en la carrera de este cineasta, nacido en Roma el 7 de septiembre de 1940.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
