¡Vaya discurso de Omar, puso quietos a todos!

El discurso del gobernador Omar Fayad en la sede del PRI fue una de esas intervenciones que marcan rumbo, frenan ambiciones políticas y clarifican, por si había dudas, quién tiene el poder para decidir la candidatura del partido para la elección de gobernador, y con nitidez les marca a todos, desde exgobernadores, dirigentes nacionales del PRI y aspirantes a la candidatura, cuál es el camino para aspirar a ganar y mantener el gobierno del estado.

 

Y no, no fue un discurso de elogios o de autocomplacencia, sino todo lo contrario. Claro, les dijo a todos que sin unidad no se gana y que esa unidad no la decide el PRI nacional o estatal ni el gobernador, sino que se da abajo, en las estructuras. Es decir, la voz que manda está en los priistas de Hidalgo, a los que deben atender y obedecer sus dirigentes.

 

Lo anterior, traducido al momento en que se encuentra el proceso para elegir candidato, significa que esta unidad y decisión no están en las dirigencias del orden que sea,  sino en saber atender lo que se decida desde abajo, con diálogo y cercanía.

 

De un golpe certero, Fayad corta cualquier intención de imposición, sobre todo del PRI nacional, que hasta el momento no ha entregado muy buenas cuentas al priismo, pues no ha ganado una sola gubernatura y, por el contrario, ha perdido todas las batallas. 

 

De manera directa, el gobernador hidalguense les recordó a exgobernadores, exdirigentes del tricolor y a los personajes de la política estatal, que todos tienen su tiempo de poder y de ejercerlo, pero que esto termina, y que intentar ejercerlo cuando ya no se tiene porque es otro el que manda, atenta contra la regla de oro del PRI: quien ya jugó y terminó su tiempo debe entender que su papel es respetar al que tiene el poder y no estorbar, y menos intentar actos de autoridad por ese anhelo de poder que en la realidad ya no se tiene.

 

Mientras Omar hablaba, se notaba el gesto tenso y duro de algunos de los presentes, que con los brazos cruzados parecían no estar de acuerdo o resentían lo que decía. En la afirmación de la urgencia de la unidad para poder ganar y la aclaración de que esta no se da por decreto o por mandato del PRI nacional o local ni del gobernador, sino por la voluntad que viene desde abajo, de la militancia, quedó implícito que la candidatura no la deciden las jerarquías del partido sino los priistas del estado.

 

Tajante, también paró en seco a los que le cuestionan su buena relación con el presidente López Obrador y dijo: “A los que piensan que por ello se marca un camino distinto, no se equivoquen porque Omar Fayad es de una pieza y aquí está nuestra línea de conducta”.

 

Para nadie pasó inadvertido su llamado a los aspirantes a la candidatura para entender y aceptar que solo uno va a ganar y que quien no sea elegido se debe sumar con toda su fuerza al que sí para hacer de la unidad el camino del triunfo, porque la lealtad se da casi siempre antes de la decisión de todos, pero ya para cuando se decide vienen las deslealtades.

 

Sin duda, fue un discurso fuerte que dejó claro quién es el que tiene el poder y su decisión de ejercerlo para la candidatura, pero también fue el llamado a todos los que lo han tenido para sumarse al proyecto y no andar con jueguitos raros; asimismo, fue el recordatorio de que el PRI DE HIDALGO será el que decida la candidatura, la aclaración de dudas sobre su buena relación con AMLO, así como un llamado fuerte a los aspirantes para saber ganar y perder, pero siempre con lealtad e institucionalidad.

 

Todas las cartas están sobre la mesa, como debe ser.

 

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.