Ya no le rueguen

La política debe ser tarea seria y para personas que entiendan y acepten la responsabilidad que tienen para servir a la ciudadanía, que con su voto les da la oportunidad de tener un cargo. Por lo mismo, tener un cargo no es un logro ajeno a la voluntad de la gente, porque sin ella no tendrían ninguna oportunidad, pese al apoyo de grupos o personajes.
Y precisamente por eso, no se pueden dar casos como el de SALVADOR SOSA ARROYO, hijo de Damián Sosa y sobrino de Gerardo Sosa, el gran patrón del Grupo Universidad, que dos veces ha ignorado, y al parecer menospreciado, la petición de la Cámara de Diputados para tomar posesión de la curul que le corresponde como suplente de José Antonio Hernández, que como hábil chapulín abandonó su encargo para buscar la candidatura para alcalde de Tulancingo.
Los suplentes de los 12 que chapulinearon ya están como diputados, menos el señor Sosa. En el Congreso dan la impresión de que le ruegan al suplente para que se digne a ser diputado y honre a Hidalgo ejerciendo ese cargo.
Lo que se ve es que alguien que no tiene más mérito que ser sobrino de Gerardo Sosa actúa de manera absurda y suma un despropósito más del Grupo al que pertenece en contra del Poder Legislativo. Si ya los ignoró de manera tan clara, ya no le rueguen y mantengan la diputación en ausencia, ¿o será que Hidalgo, y México, pierde la presencia de un gran político, hecho con el trabajo y resultados para la ciudadanía? ¿Es tan importante que el Congreso en pleno le tiene que ir a rogar para que acepte?

Pierden más pidiéndole que acepte; si no quiere, que no vaya. Los ciudadanos ganamos más con la ausencia de gente así.
Después tratarán de convencernos que tuvo causas muy importantes para no aceptar. La historia de siempre.


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