Lo ocurrido en días pasados en la Cámara de Senadores, y particularmente con Adán Augusto López, pone en evidencia lo que está ocurriendo al interior de Morena y de los asuntos políticos dentro del mismo. Sin embargo, que el senador y líder de la bancada se haya puesto los tenis, como se dice en el argot policial, pareciera que se encuentra muy preocupado, de lo contrario habría permanecido con sus actividades normales.
Es bien sabido que luego de que se diera a conocer que Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco en el periodo en que fue gobernador Adán, es líder de la organización criminal La Barredora, se encendieron los focos rojos y sin dar declaración alguna hasta el momento, tiene contra las cuerdas al senador morenista y todo lo que emana de él.
Y es que, hábil, ventajoso, presuntuoso como lo es Adán Augusto, no ha podido dar la cara de algo que parece sería un golpe demoledor a su carrera política, nadie sabe dónde está, nadie lo encuentra, con una breve aparición en la octava sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena donde se limitó a decir: "Ya lo que tenía que decir ya lo informé y espero que las autoridades hagan su trabajo". Tienen mucho qué explicar, porque si alguien ha criticado al gobierno panista de Felipe Calderón y su entonces secretario de Seguridad, Genaro García Luna, ha sido precisamente Adán Augusto, por lo tanto, tiene el deber moral, si es que lo tiene, de dar una amplia explicación.
De Hernán Bermúdez se sabe que estuvo involucrado con hechos ilícitos mientras gobernaba Adán Augusto, pero, que, además, se dio a la tarea de meterse de fondo con grupos delictivos, lo que ocasionó que exista una orden de aprehensión en su contra. Pero ¿por qué huye Adán Augusto?
La respuesta es obvia, diga lo que diga de nada servirá, porque si fuera el caso que declarara que como gobernador jamás tuvo conocimiento de lo que hacía su secretario de Seguridad Pública, pues hay que recordar que fue también titular de la Secretaría de Gobernación y ahí sí sería lamentable que dijera que desde ese espacio tampoco estaba enterado, porque tenía mapeados todos los asuntos del país. Sería una desvergüenza, una desfachatez, una tomada de cabello a todas las y los mexicanos.
Claudia Sheinbaum ya declaró y dijo que no existe ninguna investigación en su contra; Luisa María Alcalde, presidenta de Morena, dijo con cinismo que Adán Augusto no tiene por qué dar explicaciones; el senador Gerardo Fernández Noroña minimizó los hechos, pero tampoco pudo argumentar la ausencia y desaparición de su compañero senador y por el contrario calificó de golpeteo de los medios.
Pero, en Hidalgo, seguramente tendrá sus implicaciones y es que como si se tratara de un árbol genealógico de la política, pues nada más hay que revisar quienes están colgados de la ramita del tabasqueño, de entrada su compañero senador Cuauhtémoc Ochoa, a quien a pesar de haberlo quitado de la Comisión de Hacienda, lo ha marcado como parte del ganado político; el propio delegado del Infonavit en Hidalgo, Canek Vázquez, desde antes que Adán Augusto fuera precandidato presidencial se lanzó a los brazos del tabasqueño, e incluso le hizo cuando menos un evento aquí en la entidad cuando se encontraba de gira por Hidalgo.
Pero no hay que perder de vista quienes se encuentran colgados de la rama de Cuauhtémoc y en consecuencia en contra del oficialismo, sólo por mencionar algunos, el presidente municipal de Zempoala, Francisco Sinuhé Ramírez; la alcaldesa de Molango, Isabel Ramírez; la exdiputada local, Lisset Marcelino, y algunos más.
Es probable que en este momento y por algunos años más, el senador Adán esté más preocupado por librar sus propias batallas que por ayudar a construir futuros ajenos. Por el bien de él y de Morena, ojalá dé la cara, ojalá explique de su relación con Hernán Bermúdez y es que dicen fuentes confiables, que la CIA lo tiene en la lista de políticos investigados por las autoridades americanas.
Y ya de paso, ojalá que sus matraqueros en Hidalgo lo defiendan con uñas y dientes, como cuando le veían futuro político.
EL CONSPIRADOR
