Al perro más flaco se le cargan las pulgas

No mamen, perrada, la primavera llegó y las cosas siguen de la chingada en materia de inseguridad y crimen en el país, por lo que el déficit en procuración de justicia no comulga con la pinche república amorosa del querido Manuelovich.

El pedo en el huracán es que no se trata de cambiar de administración federal para dar fin a la violencia e inseguridad en el país, se trata de realizar una estrategia de probidad y adiestramiento de la policía en un mando único, no de crear la militarización de la seguridad pública; esto ha quedado claro en multitud de países y todo indica que México no es ni puede ser la excepción.

En los pelos de la burra Jacinta está la solución: no necesitamos sólo más macanas, sino que la ingeniería de seguridad se haga presente creando mecanismos para controlar la honestidad de los policías y su eficiencia, y el que no resulte chingón, pos que se vaya a chingar a su madre, de lo contrario los que seguiremos de la mierda seremos, como siempre lo ha sido, los pelos de la burra Jacinta, es decir, los ciudadanos, la perrada.

Es culerillo ser perrada en un país que no le quita las pulgas a la perrada; somos, en realidad, perros con sarna y por ser perros flacos se nos cargan las pulgas a lo culero, sin que los perros finos de la clase política nos regalen el jabón del perro agradecido.

La perra vida, por su parte, se encarga todos los días de mostrarnos que la riqueza no se reparte, que la inseguridad sólo la sufrimos los pobres, pos porque no tenemos rejas y cámaras de seguridad y mucho menos guaruras mamados; en el mejor de los casos tenemos un pinche perro eléctrico que ladra no a los extraños, sino de hambre el pobre pendejo.

Lo peor del caso es que los ciudadanos somos como el perro de la tía Cleta, que cuando por vez primera ladró le rompieron el hocico, por lo que pedirle algo a la clase política, sea MORENA o BLANCA, es poco menos que sacarse la lotería si te resuelven, porque la mayor parte de los caos las pulgas nos devoran, mientras que la perrada mayor se caga en la miseria social y también se burla a lo cabrón.

La perrada somos los de a pie, los que con las patas caminamos por las calles con el hocico sangrando de hambre y predispuestos a encontrarnos un hueso, mientras las pulgas se nos cargan esperando, con casi nula esperanza de que la república amorosa se acuerde de nosotros, pero, pero, pero, todo indica que el que nació perro flaco, morirá de hambre.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.