Resulta complicado entender cómo ahora, que transitamos a la mitad del sexenio del gobierno federal, el presidente de la República insiste una y otra vez en referirse a su posible sucesor. En condiciones “normales”, el jefe del Ejecutivo debería evitar el tema, ya que significa comenzar a debilitarse y que la gente empiece a voltear la mirada a sus posibles sucesores y ya no a él.
Pero no, desde hace algunos meses López Obrador ha tratado abiertamente este asunto desde la diaria tribuna presidencial que conocemos como “La Mañanera”. Y por los nombres que él ha mencionado, su favorita es la hoy jefa de gobierno en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por supuesto emanada del partido que fundó para llegar a Palacio Nacional: Morena.
Cualquiera podría decir que la estrategia de insistir en el tema le daña a AMLO, sin embargo las cifras demuestran que no es así. El presidente trae un excelente porcentaje que en todas las encuestadoras resulta mayor al 60 por ciento a su favor. Esto es altamente sorprendente si reflexionamos sobre el diario vivir de millones de mexicanos que hoy padecemos graves problemas en materia de salud y de inseguridad, por mencionar solo dos. La pandemia de covid-19 nos mantiene como uno de los países en el mundo con mayor índice de muertos; y en inseguridad, a pesar del panorama que nos muestran, es evidente que la ola criminal que hoy padecemos en diferentes puntos del país ha dejado atrás las cifras que habían alcanzado a estas alturas los gobiernos de Calderón y Peña, por ejemplo. La estrategia de abrazos y no balazos no ha resultado.
Ahora, sobre el tema de los presidenciables resulta significativo darnos cuenta que a la mitad del periodo del actual gobierno, los primeros lugares sean ocupados por políticos militantes de Morena, y por primera vez en muchos años no hay alguien del PRI que suene con fuerza. Nadie lo hubiera creído hace pocos años, hasta que a Peña se le atravesaran los 43 estudiantes muertos en Iguala, Guerrero.
Claudia Sheinbaum es, sin duda, una mujer inteligente, cobijada siempre por la figura de Obrador. La misma a quienes accidentes como el del Metro, y mucho menos la inundación en Tula, no han causado mella alguna en su carrera presidencial. Referimos el caso ocurrido en Hidalgo por el hecho de que las aguas que nos inundaron llegan precisamente de la capital del país y simplemente no recordamos haber leído o escuchado una sola línea en este sentido.
Muy pegado en las preferencias a la jefa de gobierno de la CDMX está Marcelo Ebrard, el hoy secretario de Relaciones Exteriores del gobierno federal, quien ha sido el principal operador de AMLO en temas que normalmente nada tendrían que ver con su encargo al frente de las políticas públicas de México con los gobiernos del mundo.
Y resulta muy interesante recordar que así como hoy, a diferencia de hace pocos años, no pinta el PRI, Ebrard se refugiaba entonces en el extranjero ante la fuerte embestida de su sucesor justamente en el gobierno de la capital, el hoy senador Miguel Mancera, por el tema de la línea 12 del Metro, asunto que lo tenía con un pie en la cárcel. Ver para creer.
Después de Sheinbaum y Ebrard está el senador Ricardo Monreal, de Morena también, aunque curiosamente Obrador no lo ha mencionado como su posible sucesor. Las razones para ello pueden ser muchas, pero de momento es lo que vemos, lo que a querer o no se convierte en una desventaja para el exgobernador zacatecano, que no obstante sigue firme en su aspiración, sin que ello signifique confrontarse con el presidente.
Y después de estos tres punteros podemos anotar a varios, como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano; a Samuel García, que comienza su tarea al frente del gobierno de Nuevo León; también se habla de Santiago Nieto, de Tatiana Clouthier, de Rocío Nahle, de Gerardo Fernández Noroña y de Esteban Moctezuma, para no hacer la lista más grande.
En una alianza que ahora se tambalea con el tema de la contrarreforma eléctrica, el PAN, el PRI y el PRD dejan filtrar nombres como el de Ricardo Anaya, aunque el ratificado líder nacional panista, Marko Cortés, mencionó algunos nombres más como Mauricio Vila y Pancho Domínguez.
Por el PRI, y tal vez con ganas de no dejar en blanco el casillero del otrora poderoso partido, habrá que mencionar al líder nacional tricolor, Alejandro Moreno, que es también diputado federal y presidente de una importante comisión en la cámara baja. Esto, inevitablemente, se presta a comentarios sobre su cercanía con AMLO y que la postura final del PRI en el tema de la “renacionalización de la industria eléctrica” nos lo va a confirmar.
NOTAS BREVES.- Los días se han convertido en semanas y a más de un mes de la inundación en Tula nada se sabe de algún apoyo importante del gobierno, sobre todo el federal, para los miles de afectados: familias de bajos recursos que se quedaron sin nada, literalmente; comerciantes que vieron cómo en unas horas perdieron el fruto del trabajo de toda su vida y hoy, además de los apoyos en su mayoría de particulares, y que se han reducido a donación de despensas y ropa usada, nada han recibido. Por supuesto que compartimos la leyenda que el empresario Noé Paredes Jr. ha mandado colocar en varios puntos de estas tierras: “Tula no se inundó, la inundaron”.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.
