Coco, la más reciente cinta de los estudios Pixar, de Lee Ulrich y Adrián Molina, es una animación que hace un homenaje a la celebración mexicana de Día de muertos.
De acuerdo a la historia de Jason Katz, el pequeño Miguel Rivera (Anthony González) es un aspirante a músico que se gana la vida lustrando zapatos. En su familia está prohibido hablar de música, pues su tatarabuelo, Héctor (Gael García Bernal), se fue de casa abandonando a su esposa Imelda y a su pequeña hija Coral, todo por seguir su sueño de fama.
Durante la celebración del Día de Muertos, en la que intenta “tomar prestada una guitarra”, Miguel entrará en el inframundo y descubrirá la verdadera historia de su familia y del popular actor y cantante Ernesto de la Cruz, una especie de mezcla entre Pedro Infante y Jorge Negrete.
No pueden evitarse los estereotipos de la mexicanidad, convertidos en animaciones pixarianas de la emblemática Frida Kahlo, los xoloescuincles y los alebrijes, que le dejan a uno la sensación de ser “mexican curious”. Sin embargo, se trata de un filme muy rico visualmente, que se disfrutará más en tercera dimensión.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
