El azul de los días

Según la ciencia, hoy es el día más triste del año. Los cálculos indican que el fin de las fiestas, el recomienzo de las actividades cotidianas, el clima y las finanzas personales hacen del tercer lunes de enero el día más deprimente del año. 

Pero la historia reciente del mundo nos ha traído muchos de estos días durante los últimos meses. El estado de alerta de nuestras mentes nos tiene hundidos en el cansancio, la preocupación y la desesperanza. 

Puede que todo esto suene demasiado catastrófico, pero es difícil estar en un mundo que se cae a pedazos. Eso también lo dice la ciencia. En medio de la ansiedad generada por el rebrote de contagios y la aparición de la variante ómicron, el pasado  13 de enero se celebró el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, fecha que pone sobre la mesa los factores de riesgo y las consecuencias de la depresión en las personas. 

Más allá de los cuidados físicos y las medidas para hacer frente a los contagios, ¿cómo cuidarnos de la realidad?, ¿cómo protegernos de la tristeza del mundo?, ¿cómo bajar las armas de nuestro permanente estado de alerta para disfrutar un poco de la vida? Esas son las preguntas que me ha traído el Blue Monday. No estamos solos, tengo la seguridad de que quienes habitamos este difícil momento compartimos las mismas preocupaciones, todas genuinas y válidas sobre el futuro. 

Nadie tiene respuestas ahora, pero mientras estemos acá, atravesando por esta crisis que nos está quebrando a todos, podemos apreciar la belleza de las cosas y detenernos un poco para admirar el azul de los días.  


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