El #BuenFin de la Presidencia de Cuautepec: pague 18, llévese 21

En Cuautepec de Hinojosa el combate a la corrupción municipal parece ser un asunto guiado más por la “buena fe” que por la verdadera intención de investigar y sancionar a quienes ilegalmente se han servido del dinero público.  

Los pasos que se han dado hasta el momento en la actual administración municipal están llenos de cálculo timorato, y aunque hay reproches al pasado, son escasas o casi nulas las acciones para marcar un antes y un después.

A pesar de ello, un asunto menor ha salido a relucir entre los regidores, aunque no por ser menor deja de ser un probable hecho de corrupción; y digo “menor” porque es muy probable que existan hechos más graves que han representado un daño mayor pero que no se investigarán, ni se descubrirán, porque son parte de un sistema que ha cambiado de piel, pero no de entrañas.

El asunto es el siguiente: durante el periodo de gestión del Concejo Municipal Interino se emitió una convocatoria de licitación para la enajenación de un lote de 21 vehículos que fueron ofrecidos al público en general a un precio mínimo de 250 mil 300 pesos.

Desconozco si el comprador final pagó esta cantidad, pero al interior de la Comisión de Hacienda del actual Ayuntamiento se dio a conocer que el valor asignado a este lote (250 mil 300 pesos) corresponde a un dictamen que solo tomó en cuenta 18 vehículos y no los 21 que finalmente fueron entregados al comprador.

En otras palabras, la actual administración municipal ha señalado a la Contraloría Estatal que tres de los vehículos que fueron incluidos en el lote vendido no fueron valuados y se entregaron al comprador final como un “pilón”, lo que representa un probable daño a la hacienda pública municipal que piden sea investigado como una irregularidad.

Si se cometió un error o si el daño se causó con toda intención, el hecho debe ser investigado y sancionado, pero nadie estará contento hasta que se actúe sin miramientos contra todo aquel o aquella que se haya aprovechado del servicio público para enriquecerse.

El combate a la corrupción debe asumirse seriamente y la buena fe solo debe ser útil para determinar el grado de responsabilidad, pero no para exculpar o justificar, porque la buena fe que perdona es connivencia y/o complicidad.

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Por: Leonardo Flores Solís

Abogado de profesión y activista por vocación. Soy producto de la justicia social. Maestro en Derecho por la UNAM y licenciado en Derecho por la UAEH. Soy más puma que garza.


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EL OBSERVATORIO - Leonardo Flores Solís

Abogado de profesión y activista por vocación. Soy producto de la justicia social. Maestro en Derecho por la UNAM y licenciado en Derecho por la UAEH. Soy más puma que garza.