Desde las críticas virulentas de una oposición dolida por una derrota política histórica, López Obrador construyó un gobierno horizontal cuyo equilibrio político se basó en una estrategia de inclusión social transversal que fue ganando adeptos en la medida en que los programas sociales evidenciaron su impacto.
Así, desde la instalación de la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el tren maya, prohijando becas para jóvenes, pensiones a adultos mayores, proyectos de inversión agropecuaria, estímulos fiscales a empresarios y manteniendo una postura de autonomía internacional, se edificó la Cuarta Transformación que hoy mantiene en vilo a la oposición, que bien parece un caballo desbocado.
Puede gustarnos o no la actuación de López Obrador, pero ese no es el epicentro del análisis político; en lo sustantivo, el político tabasqueño logró una legitimidad innegable y domesticó a sus subalternos, al estilo de la ironía retórica de los números y dichos de pueblo que han creado una imagen cuya popularidad no se veía desde los tiempos de Lázaro Cárdenas.
López Obrador ha garantizado la transformación política del país, creando un péndulo de oscilación gubernamental que lo mismo aquieta a los poderes públicos que destierra las ínsulas de poder que históricamente crearon una partidocracia sórdida, cuestión que ha dejado su lugar al Movimiento de Regeneración Nacional, al cual se suman adeptos de manera vertiginosa.
López Obrador no ha experimentado una crisis política como sus antecesores, pues Felipe Calderón dejó una guerra abierta con la delincuencia organizada, mientras que Enrique Peña Nieto sucumbió ante la estupidez de su ignorancia e impericia política. Ni la pandemia pudo causar estragos políticos en el mandato del tabasqueño, cuestión que debe ser ponderada para entender el grado de control de Estado de esta gestión gubernamental.
Entre algodones y espinas, López Obrador ha creado la transformación política de un México que mira hacia nuevos horizontes sociales.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
