Luego de su separación de Marco Antonio Campos, Viruta, quien fue su pareja cómica durante 15 años, Gaspar Henaine, Capulina, hizo una exitosa carrera en solitario a partir de 1967, mientras que Viruta caía en el olvido.
En una entrevista que le hicimos al director Gilberto Martínez Solares hace muchos años, este protegió al gordo poblano diciendo que era “el campeón del humorismo blanco”, una elegante forma de defender el pastelazo y el chiste burdo.
Luego de ver en YouTube El metiche, de ese director, nos explicamos por qué lo defendía. Y es que la cinta no es sino un torpe remake de uno de los clásicos tintanescos, El revoltoso, realizado dos décadas antes. Y aunque se respetan, en esencia, las situaciones del original, resulta patético ver al obeso poblano meterse en enredos a cada momento y resolverlos con supuesta gracia.
Para decirlo en pocas palabras, Tin Tan era un metiche divertido que contagiaba alegría con su vitalidad, mientras que Capulina es un entrometido que cae gordo por su torpeza.
Resulta triste ver a Juan García, el Peralvillo, uno de los guionistas de la primera, ser convertido en un oscuro mayordomo. Se extraña a Marcelo Chávez, el carnal infaltable del pachuco, mientras se compadece a la pobre Mónica Serna, quien tiene que aguantar a Capulina como pareja romántica.
“El metiche” resulta, pues, un horrendo capulinazo que solo masoquistas como el que esto escribe tienen la obligación de ver.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
