El recuento meteórico de Simey Olvera

Aunque ya tiene en su palmarés haber sido diputada local, dos veces diputada federal y titular de la Secretaría del Bienestar, a Simey Olvera no se le recuerdan grandes logros que puedan avalar su candidatura al Senado por Morena Hidalgo.

Si alguien ha contado con el apoyo de su partido para ocupar inmerecidamente cargos de elección popular es la autonombrada Paloma”, Simey Olvera, y es que, en realidad, no se ha encontrado mérito alguno que pueda sostener su participación en la política, ni tampoco en la administración pública, porque hablando de resultados, en todos los espacios que ha ocupado, han sido mezquinos y sin relevancia.

 

Como todos los políticos que no están preparados para ocupar un cargo público, van de error en error haciendo camino con sus ocurrencias y malas prácticas, lo que evidentemente da como resultado un catálogo de dislates que la historia se encarga de recordárselos.

 

El caso de la hoy candidata a senadora Simey Olvera es el ejemplo claro de las malas decisiones que ha tomado el partido de Morena en Hidalgo, encabezado por Marco Rico, y es que aunque al parecer la designación de esta candidata se tejió desde la esfera nacional, deja mal parado al dirigente local, porque a decir de los cercanos de Olvera, ella no se entiende con el presidente de su partido, sino con la cúpula central.

 

No se entiende cuáles han sido sus méritos para haber sido ya diputada local en la 63 legislatura y dos veces diputada federal, así como secretaria del Bienestar en la reciente administración pública estatal. Y es que no se trata de un análisis simplón ni mucho menos, los hechos delatan y ponen en su justa dimensión a esta candidata.

 

En un episodio bochornoso, aún como diputada local del PRD en la 63 legislatura, Simey Olvera se plagió una ley de cultura de Nuevo León, de la que extrajo párrafos para tratar de adecuarlos a Hidalgo, pero, además, evidentemente se trató de la misma estructura del articulado de la Ley de Mecenazgo del estado de Jalisco.

 

Ya como diputada federal su productividad fue prácticamente nula, a lo mucho se recuerda que inauguró un paradero de autobús en su natal Mixquiahuala, lo que le valió ácidas críticas por tan portentosa aportación, como si no hubiera otras prioridades en su municipio.

 

En la reciente administración estatal, instalada en la Secretaría del Bienestar, la confianza fue a medias del jefe del Ejecutivo, ya que de inmediato la imposibilitaron para hacer uso de los recursos públicos debido a su falta de capacidad, de operación y efectividad en el trabajo. Sólo entonces era muy común ver a la “Paloma” en los comederos sacándose fotos en horario laboral y como si estuviera de fiesta todos los días. Aunado a lo anterior, durante su paso por esta dependencia, presuntamente, escándalos y rumores pusieron en crisis su relación con la subsecretaria Claudia Márquez.

 

Ahora, instalada como candidata al Senado de la República, se sabe que no tiene una buena relación con su compañero de fórmula Cuauhtémoc Ochoa y que busca el reflector fácil como cuando vino a Hidalgo la candidata presidencial Claudia Sheinbaum.

 

Muchos negativos pesan sobre los hombros de la candidata guinda, aunque muy seguramente vencerá en la contienda por lo sencillo que le resultará ganarle a la mermada candidata de la oposición, Carolina Viggiano; pero su capacidad es y será ampliamente cuestionada porque no se tiene un sólo activo que juegue a su favor.


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