En unas horas se llevará a cabo el primer debate de los cuatro candidatos al gobierno del estado y hay signos de que sobre las ideas y propuestas, que se suponen lo vital de esta confrontación, se impondrán las acusaciones, denuncias y reproches en un show de supuestas pruebas de lo que se acusa -que si fueran verdad se tendrían que llevar a la autoridad y no ser tema de un debate político-, de tal manera que sobre las ideas lo importante para algunos candidatos va a ser la cantidad de lodo que le puedan lanzar al que consideran y sienten que ya les lleva una importante ventaja.
Y todo indica que será Julio Menchaca el objetivo de los ataques porque las encuestas y los eventos que lleva a cabo lo sitúan por delante de los otros aspirantes con una ventaja importante.
La candidata de Va por Hidalgo de manera pública lo acusó ya de misoginia, de estar desviando recursos públicos en su campaña, de una campaña negra y de flojo, entre otras cosas.
Por su parte, Francisco Xavier -por lo menos en los pocos espectaculares que tiene-, se los dedica a Menchaca, reclamando todo, empezando por su paso por el PRI, en un adelanto de lo que puede ser su posición en el debate.
Por lo menos, Viggiano y Francisco Xavier, todo indica, se lanzarán contra el candidato de Morena en un intento de provocación para sacarlo de sus casillas y su modo tranquilo de proceder y agarrarse de alguna frase o expresión suya para subrayar que tienen razón en los temas de acusación.
No es algo fuera de lo común y es parte del debate y dependerá de los candidatos la manera y forma de proceder.
Lima Morales tiene el campo libre para seguir creciendo y capacidad la tiene.
Lo ideal sería que el tiempo del debate se ocupara para escuchar sus propuestas y proyectos para Hidalgo de llegar a la gubernatura y sobre todo el cómo y con qué, que es lo difícil, porque prometer y prometer sin decir cómo se logrará, sobre todo en cuestión de recursos es lo realmente interesante.
Entonces sí tendríamos donde comparar propuestas y elegir en razón de ellas.
Pero mucho nos tememos de que será el lodo el que gane.
Lástima.
