La podredumbre política que invade a la alianza opositora, y que indica que culminará con una estrepitosa derrota en las urnas, ha llegado a condiciones inenarrables con la petición de declinación de Alito Moreno, líder del PRI Nacional, a Jorge Álvarez Máynez, quien desestimó la idea y proyecta que MC podría convertirse en la segunda fuerza política del país.
En la liturgia de los debates políticos en Hidalgo, Guillermo Peredo, que compite por una diputación en el distrito 6 por Pachuca, resultó triunfador del debate organizado por el IEEH, al impulsar propuestas de vanguardia ciudadana en un proyecto político de alternancia que captó reflectores mediáticos, no sólo por ser una “tercera vía” sino porque en pleno clímax de argumentos pidió al PT y al PVEM declinar en su favor, a título de que sus militantes se sumen a los votos útiles a Movimiento Ciudadano.
Ante las miradas y desparpajo de Francisco Olvera de la alianza opositora y de Ricardo Crespo de Morena Hidalgo, Guillermo Peredo invirtió los papeles de los pronunciamientos de Alito Moreno, trazando la imagen de poderío naranja como segunda fuerza política nacional.
La parametría indica que Jorge Máynez se encuentra en la recta final de esta contienda electoral, en un cierre que puede ir desde empate técnico, con la alianza opositora de Xóchitl Gálvez, a desplazarla a un tercer sitio. No obstante, lo que mantiene crispados los nervios de Alito Moreno, que como mártir ofreció poco menos que un sacrificio político en Catemaco al indicar que renunciaría al PRI y a su senaduría -cuestión que no lograron ni Miguel Osorio ni Claudia Ruiz Massieu-, es que el PRI Nacional, concluida la elección de este 2 de junio, puede pasar a quinta fuerza política, lo que implicaría disminución drástica de presupuestos y margen de operación política.
En este escenario, la petición de Guillermo Peredo dejaría en Hidalgo abierta una ventana de oportunidad de una alianza de facto con PT y PVEM, cuestión que cambia a nivel de la presencia en el Congreso federal, la correlación de fuerzas y que evidencia que las jugadas de ajedrez político van más allá de proyectos ideológicos y colores partidistas, como señaló Xóchitl Gálvez -claro, viéndose perdida y suplicando a Máynez que decline, no como interés supremo de la nación, sino para quitarle el poderío al proyecto de López Obrador y a la continuidad de la transformación política de Claudia Sheinbaum- sea por la “libertad y la democracia”.
Desde un desangelado proceso electoral en Hidalgo, donde sólo la incursión de Adriana Flores de MC que inició campaña con la arenga de “sacar a la vieja política”, la cual calentó los ánimos de Carolina Viggiano que terminó en un zafarrancho con la cúpula del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), no se había presentado con nitidez una propuesta osada y centrada en la transformación política como la de Guillermo Peredo que, por cierto, es un candidato que representa a personas con discapacidad por presentar sordera parcial, lo que lo sitúa como una oferta política sui géneris.
Estas variables políticas que ha precipitado Guillermo Peredo desde MC le han dado vida a un partido político en Hidalgo, que estuvo inmóvil por años en manos de Pablo Gómez y Juan Ignacio Samperio, cuestión que inició con la agitación que provocó la defección de Adriana Flores al PRI y que suscitó una marea naranja en su campaña “Flores para Hidalgo”.
Puestas así las piezas del ajedrez político, la expectación de la propuesta de Guillermo Peredo a PT y PVEM, no estriba en la disrupción de que los votos de estos partidos satélites llegaran a la boleta con destino naranja, sino de las futuras alianzas en la palestra política en Hidalgo.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
