Justos por pecadores

Los linchamientos en Hidalgo siguen dando de qué hablar, primero porque resulta que nadie tiene a su cargo el programa del Fortaseg, el cual consiste en aportar cantidades millonarias a la profesionalización para elementos de seguridad.

Culpas y culpas avientan por doquier los responsables, pero ninguno asume sus tareas; al parecer los únicos involucrados en el tema son Alejandro Habib y Raúl Arroyo, quienes a través de las dependencias que encabezan (CDHEH y PGJEH) emiten recomendaciones y las aplican.

Mientras los demás se hacen los desentendidos, tuvo lugar el hallazgo de un supuesto artefacto explosivo en un automóvil que, según los rumores, sería propiedad de un abogado, por lo que las especulaciones llevaron inmediatamente a pensar que se trataba de evitar el desarrollo de una audiencia que involucraría un tema delicado en materia de seguridad. Afortunadamente los elementos de seguridad encontraron a tiempo el objeto explosivo.

También cabe resaltar que ya es larga la lista de hechos aislados y similares, primero fueron buen número de policías estatales y municipales que murieron en circunstancias poco claras, como atropellados y accidentes automovilísticos, ahora un misterioso artefacto.

Tal vez la presencia de huachicoleros y otros delincuentes con organizaciones similares sea sólo un malentendido, la profesionalización de elementos de seguridad no sea responsabilidad de nadie y Habib-Arroyo sean los únicos culpables.