Manuelovich y la pseudopolítica

Manuelovich todavía no toma las riendas del gobierno y ya se ha comenzado a desmoronar el ánimo de la ciudadanía, la euforia que causó su triunfo en las elecciones del pasado 1 de julio en cuestión a la esperanza del porvenir social, languidece y se empieza a perfilar como una de tantas promesas que quedarán sin cumplir.

El escenario es tétrico y los comentarios de Andrés Manuel causan incertidumbre; en los hechos, las arengas de que llegado su gobierno las cosas se pondrán mejor -sobre todo para los que menos han tenido- se diluyen en la credibilidad de los ciudadanos; en los hechos, la famosa república amorosa se ve distante y áreas sensibles para la ciudadanía, como seguridad y estabilidad económica, no parece que puedan mejorar en el primer mes de su gestión.

Se debe tomar en cuenta que la paciencia de los ciudadanos, como nunca antes, será menor, debido a que en ningún otro gobierno se han puesto tantas expectativas como en el de Manuelovich, por lo que hoy es promesa política y fácilmente puede convertirse en pseudopolítica.

Esto es como el dulce al niño: cuando el papá le promete que si se porta bien le dará un dulce, y después de que el niño cumplió su promesa el papá no le entrega el dulce, cualquier otra cosa que el padre le prometa al niño perderá sentido y habrá rechazo.

Lo cabrón del caso estriba en que ya existen vacilaciones dentro de las declaraciones de diversos personeros, incluido López Obrador , por lo que la cadena de responsabilidades empieza a flaquear y este es un erróneo síntoma de descomposición, precisamente, cuando todavía no empieza el nuevo gobierno, cuestión que permite inferir que, estructura que se tambalea antes de erguirse, puede caer estrepitosamente.

En la mesa de las reflexiones, después de lo ocurrido en el sexenio de Peña Nieto, ¿qué es lo peor que podría ocurrir?, cuestionamiento que es sólo un paliativo social, porque la ciudadanía quiere y desea que ocurran cosas mejores.

Las vacilaciones de Manuelovich pueden convertir a la promesa política en pseudopolítica y hacer tambalear el proyecto de gobierno, cuestión lapidaria que ya deja un hedor a mierda.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.