México, desmedidamente optimista ante renegociación del TLCAN

Una de las características del gobierno actual de México ha sido su optimismo, el cual no contrasta con la realidad que vive el mundo y lo ha llevado al ridículo en muchas ocasiones.

Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, México se coinvirtió en la primera víctima de sus políticas, no sólo por poner en duda la viabilidad del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sino por impulsar una política migratoria que tiene como objetivo la deportación de millones de mexicanos que entraron ilegalmente a Estados Unidos.

Sin importar la situación en que se encuentre Trump en su país, México está en el ojo del huracán hoy, porque el magnate no cree en los beneficios del libre comercio ni en la integración regional, por eso aplaudió el triunfo del Brexit en el Reino Unido y por esa misma razón se prepara a poner punto final al TLCAN  y firmar dos acuerdos comerciales separados con México y Canadá.

Trump quiere poner sus condiciones al comercio con México y con China, por esa razón hay un tratado comercial en proceso con China y seguramente de la renegociación del TLCAN saldrá un tratado a la medida de las necesidades de Estados Unidos con México, fuera del marco del proceso de integración regional de América del Norte y del fortalecimiento de la zona de libre comercio que venía desarrollándose desde 1994, cuando entró en vigor el TLCAN y que posibilitó la eliminación de barreras arancelarias a la circulación de productos, servicios y capitales entre México, Estados Unidos y Canadá.

Las cosas no pueden verse con el optimismo que el gobierno trata de proyectar a través de los medios. En realidad, Trump puede disolver el TLCAN y hasta retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial del Comercio, bajo la consigna de que “los Estados Unidos son primero”.

Uno se pregunta si realmente existe en Donald Trump el ánimo de modernizar el TLCAN, que es lo que suponen el presidente Enrique Peña Nieto, el canciller Luis Videgaray y los negociadores mexicanos. Por supuesto que hay grandes empresas de los países de Europa y Asia trabajando en nuestro país, pero eso se hizo posible gracias al funcionamiento del TLCAN, de modo que fuera México quien tuviera los aranceles más bajos de los tres países firmantes y ventajas comparativas superiores en mano de obra y materias primas, por ejemplo, fuera un polo de atracción para muchos inversionistas, sobre todo para la industria automotriz.

Para la industria automotriz era claro que con bajos aranceles en México, fuerza de trabajo calificada barata y materias primas disponibles, respetando las reglas de origen del TLCAN, millones de sus autos podrían entrar a Estados Unidos y Canadá sin pagar aranceles y venderse a precios que les garantizaran ganancias adecuadas.

Pese al optimismo del gobierno de México sobre el futuro de las negociaciones del TLCAN, expresado en los medios este fin de semana, sería más objetivo si multiplicara sus contactos con China, América Latina y Europa para buscar mercados, por lo menos al 40% del 80% de las exportaciones que envía anualmente a Estados Unidos.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.