México, hundido en la ambición desmedida por el petróleo

Cuando los países productores de petróleo están haciendo esfuerzos para reducir su producción y exportación de petróleo para estabilizar los precios -que han llegado a niveles de los costos de producción-, México echa las campanas al vuelo por el incremento en su producción dentro de los próximos diez años. Y es que, de acuerdo a la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la producción de petróleo aumentará en 900 mil barriles diarios, luego de la adjudicación de 8 de los 10 contratos para exploración y explotación de petróleo en aguas profundas en el campo Trión del Golfo de México, en el marco de la cuarta licitación de la primera ronda.

Apenas el fin de mes pasado los catorce países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunciaron un acuerdo histórico en Ginebra, Suiza, para detener la caída de los precios del petróleo, imponiendo un nuevo recorte, el primero después de 2008, e invitaron a los países no integrantes de la OPEP a seguir sus pasos y recortar su producción para mejorar los precios internacionales (acuerdo global que podrá concretarse el próximo 11 de diciembre, cuando la OPEP se reúna con los países fuera del cartel petrolero, a fin de profundizar los acuerdos y evitar el deterioro de los precios).

Este proceso de explotación del petróleo en aguas profundas dentro del campo Trión en México, llamado la joya de la corona de la reforma energética, implica la asociación con empresas extrajeras para la exploración, extracción y venta de los hidrocarburos; pero en lugar de tomarlo a la ligera, bien valdría la pena cuestionarse para quién realmente será la joya de la corona, para las empresas extranjeras ávidas de ganancias o para un grupo de mexicanos que han hecho de esta susodicha reforma energética su medio de enriquecimiento y seguro de vida para los próximos años.

Se ha anunciado que las inversiones en el campo Trión iniciarán en 2017 y en 2023 se pudieran extraer los primeros barriles de petróleo pesado, lo que podría hacer que a 2025 las inversiones hagan posible la producción de más de 120 mil barriles de petróleo diario.

Lo extraordinario es que mientras países como Suiza y Alemania avanzan no sólo en el abandono del uso de las fuentes de energía contaminantes, sino en el uso de la energía nuclear, haciendo énfasis en las energías renovables; mientras en Japón aumenta la presión de los ciudadanos para que su país abandone el uso de la energía nuclear, México siga apostando a la extracción de petróleo para su exportación, sin importar el precio dentro de diez años, sino simplemente sacar el petróleo del Golfo de México porque está en nuestras aguas territoriales. ¿Quién es realmente el interesado en extraer el petróleo de las aguas profundas, sin importar sus efectos sobre el medio ambiente?

Seguramente, si se hiciera un referéndum como el realizado en el Reino Unido, para definir si se continuaba o no dentro de la Unión Europea, o como el realizado en Colombia para aprobar o rechazar los acuerdos de paz, seguramente la mayoría de los mexicanos rechazaríamos la explotación del petróleo en aguas profundas, y no sólo eso, seguramente habríamos rechazado la reforma energética que sólo ha abierto al sector energético a la inversión extranjera, sin beneficios directos para la mayoría de los ciudadanos.

Es contradictorio que mientras México se suma a los acuerdo de París para detener el calentamiento global, siga insistiendo en la explotación y uso masivo de la energía proveniente de los hidrocarburos; sobre todo cuando cada año la ciudad de México sufre los efectos de la contaminación ambiental y todo el territorio nacional del calentamiento global.

Recientemente nos hemos emocionado porque China y Estados Unidos ratificaron los acuerdos de París, pues ambos países producen más del 40% del total de los gases que provocan el efecto invernadero; ahora nos aterroriza que la llegada de Donald Trump pueda echar atrás los acuerdos y los avance logrados.

China, el líder mundial en la contaminación del aire, en la emisión de todo tipo de contaminantes que destruyen la atmósfera, incluyendo el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno, así como las emisiones de carbono, también se ha convertido en el propio verdugo de la salud de sus ciudadanos, por lo que hoy requiere más de 1.97 billones de dólares para 2017 y poder cumplir con las metas de reducción de la contaminación en su país, según la Academia China para la Planificación Ambiental. ¿Cuántos millones requerirá México?

Es un discurso ambiguo el del gobierno de México, el pretender trabajar por la reducción del calentamiento global, por un lado, mientras que por el otro se congratula por su éxito en la extracción del petróleo pesado del Golfo de México, sin medir las consecuencias y peligros de su extracción. Definitivamente, no es ni por ni para los ciudadanos que se busca aumentar la producción de petróleo en México, sino para satisfacer las ambiciones de empresarios y políticos vinculados a empresas dentro del sector energético.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.