En el muro de los lamentos en Jerusalén, Javier Milei, el presidente anarcocapitalista, nominación del absurdo político categorial, invención poco menos que la quimera del oro, se puso a llorar por “los miles de judíos” muertos y secuestrados por Hamas, actuación que fue avalada por el gobierno de Benjamín Netanyahu, que lo abrazó y seguramente lloró a su lado.
Es inverosímil y absurdo tratar de creer en las lágrimas de Javier Milei, pues en su fuero interno, y también externo, es proclive al nazismo, como lo evidenciaron los grupos de este corte que se han manifestado a su favor en Argentina; lo único que le falta a Milei es aparecer vestido con la esvástica nazi.
Sin embargo, en un mundo donde prima la ignorancia y las redes sociales se han convertido en cultura, donde la ciencia es imagen y palabra sin ortografía, no es extraño que las imágenes de Milei llorando en Israel pasen a ser parte de los íconos de la libertad y la democracia, cuando en realidad son el teatro de un fascista que en busca de crédito y legitimidad es capaz de montajes histriónicos inverosímiles que, para la conciencia y reflexión crítica, no pueden pasar inadvertidos.
En este escenario hipócrita, del engaño y de la mentira política, mientras Milei le chupa las tetas a Netanyahu, fue el propio Netanyahu quien rechazó un cese al fuego con Hamas, que puso en la negociación el retorno de los secuestrados judíos, cuestión que muestra que la voluntad política del Estado de Israel está en manos de genocidas.
Lamentables resultan las narrativas de que el conflicto de Israel con Palestina es de corte religioso, esto es un engaño y ha quedado al descubierto ante las pretensiones geopolíticas del gobierno de Netanyahu, que sin escrúpulos ha creado una escalada bélica sin precedentes en la región, masacrando a la población civil de Palestina, destruyendo asentamientos humanos, hospitales, escuelas e infraestructura no bélica.
El anarcocapitalista Javier Milei debería llorar por las atrocidades históricas que ha vivido el pueblo argentino; sin embargo, en una actitud brutal y negacionista, se ha manifestado en pro de la dictadura que enlutó a su país, al igual que su Plan Financiero Ómnibus, que hoy es una espina en el desempleo, carestía y pobreza que ya viven millones de sus coterráneos, por lo que Milei no ha derramado una sola lágrima.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
