Uno de los estrenos de la semana es “Nación asesina”, segundo largometraje de Sam Levane,
El guión del propio realizador está ambientado en el conservador pueblo de Salem, famoso por la caza de brujas y que es escenario de las andanzas de un misterioso hacker, quien hace blanco de sus investigaciones al alcalde Bartlett (Cullen Moss), revelando sus vicios y orillándolo al suicidio ante un enardecido auditorio. Luego dirige su ira contra Turrell, el director de la secundaria al que ni siquiera dejan explicarse. Algo parecido le pasa a Lilly (Odessa Young), una chica de 18 años de la que sube sus selfies al desnudo y de inmediato es tachada de prostituta por su mismo novio, además de ser atacada junto a sus amigas Bex (Hari Bef), Sarah (Suki Waterhouse) y Em (Abra), presuntamente por ser las hackers y entonces los pobladores comienzan a perseguirlas, pero no tenían en cuenta que se metieron con las mujeres equivocadas y que han encontrado un arsenal para defenderse.
Hasta ahí todo iba bien pero el director de “Another happy day” perdió el control del asunto en la segunda parte de la cinta, que cae en el gran guiñol y en el gore, con violentas y sangrientas escenas que requirieron litros y litros de sangre.
Assassination nation resulta una interesante pero fallida reflexión sobre los avances tecnológicos, el excesivo uso de las redes sociales, pero sobre todo de la hipocresía de una sociedad retrógrada.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
