Durante las elecciones se hizo presente la nueva traición de Francisco Olvera Ruiz al movilizar y pedir el voto en contra del PRI en Hidalgo para hacer quedar mal al actual gobernador.
Debemos recordar que durante 2016, Olvera Ruiz trabajó en contra de Omar Fayad Meneses para que no llegara al Palacio de Gobierno en su lugar, y esta vez nuevamente trabajó en contra por intereses y venganzas personales.
No se podía esperar menos de quien fue uno de los porros predilectos de Gerardo Sosa Castelán, que prefirió apoyar a MORENA que al PRI con tal de hacer válida su amenaza de que “en las elecciones nos la va a pagar”.
Tan mal ha hecho su trabajo el exgobernador hidalguense que ayer se publicó en la columna “Serpientes y Escaleras” que el exdirigente nacional del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, le reclamó a Francisco Olvera el haber desviado millones de pesos de campaña en su favor, rumor que lo precede en cualquier cargo que ostenta.
Pero el grave error fue de aquellos que confiaron en uno de los personajes políticos más corruptos de la entidad, que no logró sacar adelante su encomienda en la Ciudad de México pero sí movilizar -y algunos dicen que hasta mocharse- para apoyar a MORENA y dar el voto de castigo al gobernador.
Resulta vergonzoso que un personaje tan corrupto siga cobijado por las estructuras nacionales del PRI, pues únicamente, según dicen, ha saqueado arcas de las instituciones y no se han hecho públicos los desfiguros de la gente que lo acompaña.
Seguramente pronto veremos a olveristas trabajando de cerca en la UAEH o con los legisladores, pues algunos ya apodan a Olvera Ruiz “El Judas del PRI”.
