Osorio en el PRI puede frenar al Morena de AMLO

Si el senador de nuestro estado, MIGUEL ÁNGEL OSORIO, llega a la presidencia del PRI, dado su liderazgo y peso político en el país puede frenar el paso triunfal del Morena de AMLO y manejar como ventaja para el tricolor muchas cosas que son debilidades del hoy partido en el poder y que ya le hicieron perder su bastión y símbolo de fuerza: Ciudad de México, que después de más de 20 años de ser territorio de AMLO -y por razones que muchos han explicado- prefirió a otros partidos en el gobierno.

 

El poder desgasta y Morena lo está sufriendo en este momento, en que deja de ser el todopoderoso, particularmente en la capital del país, primera zona del México que al principio apostó todo su capital a López Obrador y que dio media vuelta en esa decisión el pasado 6 de junio.

 

Al partido tricolor le urge un cambio de dirigentes, así lo exigen los resultados de la más reciente jornada electoral, en la que se llevó una paliza, sobre todo en las gubernaturas, pues perdió ocho entidades y se quedó solo con cuatro, amén de una disminución de votos mayor a un millón, lo cual refleja que la estrategia de los que mandan en ese partido no funcionó.

 

El PRI perdió COLIMA, GUERRERO, SINALOA, SONORA, TLAXCALA, ZACATECAS, CAMPECHE y SAN LUIS POTOSÍ. Solo le quedan ESTADO DE MÉXICO, OAXACA, COAHUILA e HIDALGO, donde habrá elección de gobernador el próximo año.

 

La alianza con el PAN y el PRD, pese a toda la buena voluntad que se le quiera atribuir, fue rechazada por los votantes: los del PAN no entendían por qué tenían que votar por un priista y viceversa, y panistas y priistas nunca aceptarían votar por un perredista. Los resultados así lo dicen, no se ve otra explicación para que en Hidalgo, donde el PRI se mostró como un partido fuerte y ganador en la pasada elección de alcaldes, siete meses después perdiera en la contienda de diputados locales y federales.

 

Y conste que hubo buen trabajo de la alianza con campañas bien hechas, pero el voto no los favoreció. Y el panorama de Hidalgo se replica en todo el país.

 

MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG

Todo indica que, si el PRI quiere recuperar su viejo rostro de victoria, necesita de nuevos liderazgos, de nuevos capitanes, audaces e inteligentes, para poder pelear los cargos de elección en Hidalgo y en todo México.

 

Es aquí donde entra Miguel Ángel Osorio, que tiene presencia nacional y un liderazgo ganado con trabajo. Sus declaraciones son fuertes, pero realistas: pidió un análisis profundo y revisar las circunstancias en que está el partido para tomar decisiones y ver el futuro del PRI; “LA DIRIGENCIA TENDRÁ QUE ASUMIR SU RESPONSABILIDAD DE ACUERDO A LO QUE HOY SON LOS NÚMEROS EN LAS GUBERNATURAS Y EN MUCHOS ESPACIOS PÚBLICOS”, dijo y agregó que “EL ANÁLISIS NO DEBE QUEDAR SOLAMENTE EN LAS MANOS DE LA DIRIGENCIA O DE LOS QUE HOY LOGRARON UN ESPACIO PÚBLICO, YO CREO QUE DEBE SER DE LA BASE, DE QUIENES NO FUERON TOMADOS EN CUENTA, DE LOS QUE NO FUERON RESPALDADOS, QUE NO TUVIERON EL APOYO, DE LOS MUCHOS QUE TRABAJARON Y QUE HOY NI SIQUIERA SON RECONOCIDOS”.

 

El senador hidalguense advirtió que se acercan elecciones en seis estados, después en dos y luego la contienda que renovará la Presidencia de la República. Más claro, dicen, ni el agua.

 

Desde luego, no se descarta para dirigir al PRI, pero como resultado del análisis y de resultados. Y la verdad es que Osorio tiene los tamaños para dirigir a su partido y devolverle el alma de ganador, porque los retos están a la vuelta de la esquina. Sin embargo, en las filas del partido tricolor -incluso en Hidalgo- hay intereses para que no llegue, porque se caerían varios castillos de sueños de poder.

 

Renovarse o morir es el camino para el PRI. Osorio, a la vista…


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.