Predicción analítica

Las tensiones entre Rusia y Ucrania están lejos de llegar a un fin y las consecuencias podrían extenderse al resto del mundo, sobre todo por el control de los mercados.

Avatar photo

Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

El frenesí de las grandes potencias por restaurar el orden y control de los mercados después de la pandemia es uno de los factores que desatará nuevos conflictos bélicos en el planeta.

Es evidente que la guerra ruso-ucraniana se tejió como producto de las aproximaciones económicas de la Unión Europea sobre Ucrania, que coqueteó con esta idea, pero para logarlo Ucrania requería ingresar al Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el cual abriría a las potencias de Europa central y Estados Unidos un punto estratégico para amenazar a Rusia, que contestó con la invasión a Ucrania, históricamente zona de influencia geopolítica rusa.

En esta recomposición bélica del gobierno de Putin las cosas no han sido simples, ya que la resistencia ucraniana ha sido apoyada con estructura financiera y bélica por parte de Europa y Estados Unidos, que han hecho pasar al conflicto exclusivamente como una agresión rusa, lo cual intenta hacer perder de vista que el crecimiento de la economía rusa y su macro-aliado, China, ya trazaban la ruta crítica para incursionar en nuevos mercados y seguir no sólo con el control del flujo de mercancías, sino también con las materias primas y recursos naturales en África y América Latina.

En este trazo de logística financiera, Rusia y China, desde las repetidas reuniones entre Putin y Xi Jinping, ya habían encaminado la estrategia para asegurar que minerales estratégicos, los cuales marcan nuevas tendencias para la industria de la electrónica pesada y militar, como el cobre y el litio, comenzaran a trazar socios comerciales en África y Latinoamérica, o que también presuponía alentar a los gobiernos progresistas del área y con ello pavimentar el camino de empatía política.

Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea respondieron con la aproximación del gobierno de Biden al reforzamiento del pacto bélico de la OTAN, estrechando los lazos rotos por Trump y trazando el Plan Ucrania a toda velocidad una vez que la invasión rusa se presentó, pero esto supuso un dolor de cabeza frente al reajuste de suministro de gas del coloso ruso, que encareció el consumo en Europa central e inclusive creó paranoia en los mercados bursátiles, mientras que en Gran Bretaña la carestía se sumó al desempleo.

Así las cosas, el contraste entre la alianza ruso-china y la reactivación de la OTAN han generado suficiente violencia para esperar futuros conflictos armados donde Medio Oriente vuelve a estar en el ojo del huracán y es foco fértil para ver el encontronazo de las potencias, que sacrificarán a pueblos inocentes.

 

Consultoría política y conferencias: [email protected]

Avatar photo

Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , ,



Avatar photo

CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.