Este jueves se exhibe en el Teatro Guillermo Romo del Vivar, como parte de la LXV Muestra Internacional de Cine, Tres rostros, la más reciente cinta del iraní Jafar Panahi.
Pese a la prohibición del gobierno iraní, este apreciable realizador se las ha ingeniado para seguir filmando.
En esta ocasión abandona los espacios cerrados de Esto no es una película, o la capital en Taxi Teherán, para filmar en las montañas.
Mientras filma en la clandestinidad una cinta que nunca vemos, su actriz principal Benhaz Safari recibe un impactante video.
Pertenece a la jovencita Marziyeh Rezaei, quien le explica que su familia se opone a que estudie actuación y que desesperada por la falta de apoyo, ha decidido quitarse la vida.
Benhaz, muy alterada, decide suspender la filmación y le exige al director que la lleve al pueblo de la chica para averiguar la verdad.
Conocen a la familia de Marziveh, que lleva tres días desaparecida, y se enteran que es despreciada por el pueblo “por considerarla una rebelde que quiere ser teatrera”, como una anciana que es repudiada por todos “por haber actuado en varias películas”.
El guión del propio realizador, que fue premiado en el Festival de Cannes, mezcla acertadamente la ficción con la realidad.
A su llegada al pueblo, Jafar y Benhaz son aclamados como políticos en campaña, porque piensan que resolverán todos los problemas que tienen, como el que la carretera que tiene una sola vía, que solo permite el tránsito de un vehículo, pero son menospreciados al enterarse que solamente han ido por la joven Marziyeh.
Se Rokh resulta pues una sencilla e interesante visión del Irán rural, retrógrado y lleno de tradiciones y prejuicios contra el avance tecnológico y la modernización, a través de los tres rostros del título.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
