De vergüenza en vergüenza va el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien con la frescura que da la ignorancia le pidió al Tribunal Federal Electoral que le otorgara licencia temporal para dejar sus funciones y lanzarse por la Presidencia, cuando es por todos sabido que esta no es una de las atribuciones de dicha instancia.
El tropiezo del mandatario neoleonés ya causó los más agudos comentarios de reprobación de la clase política, no sólo de Nuevo León, y ha quedado en ridículo sin que nadie le informe lo que sí es viable de acuerdo a la estructura legal del proceso electoral.
Desde la crisis del agua hasta el arribo de Tesla como una ventana de oportunidades económicas, Samuel García ha tenido actuaciones contradictorias al frente de la gubernatura de su estado, sin que ello le haya impedido aspirar a la Presidencia de la República, pretensión que ya le causó risa a López Obrador, que en la mañanera ha hecho comentarios humorísticos al respecto.
En tierra de ciegos el tuerto es rey, lo cual asegura que Samuel García gobierna desde la imaginación de las decisiones de escritorio, pero sin hacer contacto con la realidad política de la nación, por lo que bajo sus maquinaciones cualquier cosa parece posible y viable, así que no debe extrañarnos que en esta cargada con rumbo al proceso presidencial de 2024 todavía contemos con aspirantes trasnochados.
Bandazos políticos como el de Samuel García reflejan que la clase política, en su mayoría, no es madura para afrontar la realidad social del país y que el sistema político no ha creado una cultura política en sus cuadros, por lo que, de vergüenza en vergüenza, el pueblo paga los platos rotos sin deberla ni temerla.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
