La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), como nunca antes en otro sexenio, se encuentra realizando pesquisas que van más allá de lo que históricamente ha realizado la Hacienda Pública y, en los hechos, se ha convertido en la espada de la legitimidad y credibilidad de la 4T.
El caso de Emilio Lozoya es sólo la punta del iceberg de las pesquisas que la UIF ha iniciado para perseguir los delitos en materia de corrupción y peculado, amén del ejercicio oscuro del dinero de particulares, cuestión que presagia una tormenta en el escenario público y privado.
El contrapeso que puede ejercer está instancia advierte que la Hacienda Pública es un instrumento estratégico de orden y salud financiera del Estado y, en los hechos, puede evidenciar crímenes diversos que inciden en la estabilidad política y social del país; el ejemplo específico lo constituyó la investigación al crimen organizado en Estados Unidos, donde por evasión fiscal fue detenido Al Capone, capo de la mafia que terminó sus días en el célebre penal de Alcatraz.
El tamiz de la UIF constituye un filtro vital para que el gobierno de López Obrador pruebe sus compromisos de extirpar corrupción e impunidad que fueron el combustible que lo llevó a la presidencia y que han dado el piso firme de un gobierno que atraviesa por una encrucijada ante el logro de la transformación del país y de la depuración política de una clase que, históricamente, se ha enquistado en el poder y ha hecho del Estado un negocio.
Las estelas del caso Lozoya han ido convirtiéndose en una bola de nieve que ahora mantiene en vilo a funcionarios y particulares, porque la evasión fiscal, el lavado de dinero y el uso oscuro del dinero están encontrando un verdadero escollo en la UIF, que se habrá de profundizar en la medida que la impartición de justicia la acompañe.
¿Hasta dónde llegarán las pesquisas de la UIF y la procuración e impartición de justicia?
El presidente ha abierto una caja de pandora, acompañado de una demanda social sentida en materia de corrupción e impunidad, que más allá de las promesas de campaña se conviertan en la estructura de moralización del ejercicio de gobierno en un país que está devastado por el cáncer de la injusticia de Estado.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
