Xóchitl y la Estafa Siniestra

“Xóchitl Gálvez visitó Tulancingo y aseveró, en relación a la Estafa Siniestra, que ‘agarran a los de abajo, no a la cabeza’ (…) La paradoja en las declaraciones de Gálvez es que los servidores públicos que se han visto involucrados en temas de malversación pública son parte del antiguo régimen, del cual ella ahora es juez y parte”.

En una realidad en la que el pasado se olvida rápidamente, Xóchitl Gálvez visitó Tulancingo y aseveró, en relación a la Estafa Siniestra, que “agarran a los de abajo, no a la cabeza”, acusando tácitamente a las autoridades encargadas de la procuración de justicia de haber dejado fuera de las investigaciones a Omar Fayad Meneses.

 

La paradoja en las declaraciones de Gálvez es que los servidores públicos que se han visto involucrados en temas de malversación pública son parte del antiguo régimen, del cual ella ahora es juez y parte.

 

No hay duda de que las investigaciones de la Estafa Siniestra seguirán sacando del clóset a los esqueletos, tarea que Francisco Fernández Hasbun no ha olvidado. Por ello,  las declaraciones de Gálvez para golpear en los bajos al gobernador Menchaca Salazar están totalmente fuera de lugar.

 

Como todos los procesos complejos, la procuración de justicia en Hidalgo tiene dos problemas: quitar los candados que las administraciones del antiguo régimen construyeron desde el Congreso para realizar sus tropelías y, desde luego, la moralización del servicio publico en apego a nuevos protocolos anticorrupción.

 

Es necesario analizar con pinzas las declaraciones de la candidata de la alianza opositora en relación a su dirección intencionada contra el actual gobierno federal y estatal. En términos estrictos, estas declaraciones no pretenden ir en contra del peculado y la malversación de recursos, porque el pasado y presente de Gálvez no permiten suponer que es una heroína anticorrupción y, acto seguido, en este proceso electoral su alianza intenta infundir miedo para tratar de obtener una ventana de oportunidad que, a todas luces, no tiene.

 

En el justo balance del análisis, el gobernador Julio Menchaca Salazar y sus escuderos, el gendarme custodio Santiago Nieto y el Quijote Francisco Fernández Hasbun, han dado una lección de moral al aparato público en el combate a la corrupción, realidad que fue manipulada desde los candados que los Congresos locales le impusieron a la procuración de justicia desde los gobiernos del antiguo régimen.

 

Gálvez debería realizar un acto de contrición política de lo que fue el desastre del antiguo régimen y prender más veladoras si quiere llegar a la Presidencia de México.


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