El presidente Andrés Manuel López Obrador termina su sexenio de manera vertiginosa, con un activismo inusitado en la transformación de las estructuras políticas del Estado.
La persistencia en la renovación y lucha contra los resabios políticos del Estado que encabeza AMLO marcará una postura inédita en el fin de un sexenio que transita por diversos frentes de cambio, donde la crítica hacia el Poder Judicial sobresale debido a que su operatividad dentro de la procuración e impartición de la justicia presenta uno de los déficits más sentidos para la ciudadanía.
Uno de los cuestionamientos del presidente hacia el Poder Judicial es a los sueldos y prestaciones de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero sobre todo los ha señalado de servir a los verdugos del pueblo, por lo que presentará una iniciativa de reforma de los mecanismos para la selección de estos funcionarios, de modo que el voto ciudadano sea el que los determine.
Trasciende de esta postura del presidente la histórica tutela que ha tenido el Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial, lo cual ha erosionado el equilibrio de los poderes públicos, dando paso a la discrecionalidad que mina la transparencia de las acciones del gobierno.
La posibilidad de que se realice un proceso electoral para este fin significa un mayor juego político de pesos y contrapesos y la armonización de los deberes del Poder Judicial, condición que se profundizará en el próximo sexenio que, sin lugar a dudas, estará en manos de Claudia Sheinbaum, quien al recibir la estafeta de López Obrador no solamente garantizará la continuidad de mando en la estructura de Morena sino también la transformación política del país.
En poco menos de seis años, López Obrador ha trastocado las lógicas y estructuras políticas que predominaron en el control de los poderes públicos; lo que sigue es la extinción de organismos autónomos disfuncionales, lo cual será prácticamente la extirpación quirúrgica del cáncer político.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
