Traiciones
HLW, con la carta en sus manos, y Lascuráin.
HLW: ¡Maldito Madero! ¡Si no fuera por mí ya lo habrían matado! ¡Es un maldito imbécil!
LASCURAIN: No es alguien estable. Sólo se deja llevar por el pueblo.
HLW: Esto no se lo perdono. ¡Quién se cree para acusarme! ¡Es un maldito loco! ¡No sabe con quién se mete!
LASCURAIN: ¿Se le ofrece otra cosa, colega?
HLW: Dile a Félix Díaz que lo voy a ayudar.
LASCURAIN: ¿Y yo?
HLW: Su lealtad será bien recompensada.
Lascuráin sonríe, sale. Entra Huerta.
HLW: ¡General Huerta!
HUERTA: ¿Ya me va decir lo que iba decirme?
HLW: Confíe en mí, general. (pausa) ¿Le gustaría ser Presidente de México?
Huerta sonríe. HLW, con una sonrisa, sale. Huerta va a salir y es sorprendido por Gustavo que, apoyado por dos cadetes, le apunta a Huerta.
GUSTAVO: Con que anda negociando con los gringos.
HUERTA: Señor Madero.
GUSTAVO: Está detenido, Huerta.
HUERTA: ¡Por órdenes de quién!
GUSTAVO: ¡Del Presidente de la República!
Entra Francisco.
GUSTAVO: Estaba con Wilson. Lo aprehendí cuando salía.
Huerta se hinca ante Francisco.
HUERTA: No hice nada malo, señor Presidente. Sólo acudí a su llamado-
GUSTAVO: ¡Por qué no le avisaste al presidente!
HUERTA: Se lo iba a decir saliendo. Ya me iba venir para acá para decirle, señor. ¡Se lo juro!
GUSTAVO: ¡Cállate, maldito traidor!
FRANCISCO: Déjalo hablar. Qué fue lo que te dijo.
HUERTA: Dice que quiere ayudarnos, pero yo no le creo. No confío en él.
GUSTAVO: No lo escuches, hermano. No son más que mentiras.
HUERTA: (llora) Se lo juro, se lo juro por mi madrecita.
GUSTAVO: ¡Mándalo fusilar!
HUERTA: ¡No, no! ¡Se lo suplico, no me mate, señor Presidente! Deme veinticuatro horas para acabar con los enemigos y máteme si no le cumplo. Sólo deme otra oportunidad.
Francisco mira a Gustavo, quien niega con la cabeza.
HUERTA: Acuérdese cuando derroté a Orozco. También parecía que no íbamos a poder, pero le cumplí, déjeme cumplirle otra vez, señor Presidente. Se lo suplico…
Entra Raúl. Francisco lo mira y Raúl asiente con la cabeza.
FRANCISCO: Veinticuatro horas. No más.
Gustavo sorprendido. Huerta se pone de pie.
HUERTA: Sí, señor. Le prometo que orita mismo-
FRANCISCO: ¡Ahora!
Huerta sale.
GUSTAVO: ¿Estás loco? Cómo puedes confiar en él después de lo que hizo.
FRANCISCO: Todos merecemos otra oportunidad.
GUSTAVO: ¡Para qué chingados!
FRANCISCO: ¡¡Para reivindicarse!!
Raúl sale.
FRANCISCO: (transición) Huerta tiene el mando del ejército. Debemos mantenerlo cerca. Por lo menos hasta relevarlo.
GUSTAVO: ¡Por qué no lo hiciste ahora!
FRANCISCO: Ángeles está herido, el resto de los generales son subordinados de Huerta. No hay nadie en quién confiar.
GUSTAVO: Sí lo hay. Y te lo voy a traer antes de veinticuatro horas.
FRANCISCO: Adónde vas.
GUSTAVO: Voy a Morelos. Voy por el General Zapata.
Gustavo sale.
Continúa XXIX
Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".