Apóstol de la democracia, XXVIII

Traiciones

 

HLW, con la carta en sus manos, y Lascuráin.

 

HLW: ¡Maldito Madero! ¡Si no fuera por mí ya lo habrían matado! ¡Es un maldito imbécil!

LASCURAIN: No es alguien estable. Sólo se deja llevar por el pueblo.

HLW: Esto no se lo perdono. ¡Quién se cree para acusarme! ¡Es un maldito loco! ¡No sabe con quién se mete!

LASCURAIN: ¿Se le ofrece otra cosa, colega?

HLW: Dile a Félix Díaz que lo voy a ayudar.

LASCURAIN: ¿Y yo?

HLW: Su lealtad será bien recompensada.

 

Lascuráin sonríe, sale. Entra Huerta.

 

HLW: ¡General Huerta!

HUERTA: ¿Ya me va decir lo que iba decirme?

HLW: Confíe en mí, general. (pausa) ¿Le gustaría ser Presidente de México?

 

Huerta sonríe. HLW, con una sonrisa, sale. Huerta va a salir y es sorprendido por Gustavo que, apoyado por dos cadetes, le apunta a Huerta.

 

GUSTAVO: Con que anda negociando con los gringos.

HUERTA: Señor Madero.

GUSTAVO: Está detenido, Huerta.

HUERTA: ¡Por órdenes de quién!

GUSTAVO: ¡Del Presidente de la República!

 

Entra Francisco.

 

GUSTAVO: Estaba con Wilson. Lo aprehendí cuando salía.

 

Huerta se hinca ante Francisco.

 

HUERTA: No hice nada malo, señor Presidente. Sólo acudí a su llamado-

GUSTAVO: ¡Por qué no le avisaste al presidente!

HUERTA: Se lo iba a decir saliendo. Ya me iba venir para acá para decirle, señor. ¡Se lo juro!

GUSTAVO: ¡Cállate, maldito traidor!

FRANCISCO: Déjalo hablar. Qué fue lo que te dijo.

HUERTA: Dice que quiere ayudarnos, pero yo no le creo. No confío en él.

GUSTAVO: No lo escuches, hermano. No son más que mentiras.

HUERTA: (llora) Se lo juro, se lo juro por mi madrecita.

GUSTAVO: ¡Mándalo fusilar!

HUERTA: ¡No, no! ¡Se lo suplico, no me mate, señor Presidente! Deme veinticuatro horas para acabar con los enemigos y máteme si no le cumplo. Sólo deme otra oportunidad.

 

Francisco mira a Gustavo, quien niega con la cabeza.

 

HUERTA: Acuérdese cuando derroté a Orozco. También parecía que no íbamos a poder, pero le cumplí, déjeme cumplirle otra vez, señor Presidente. Se lo suplico…

 

Entra Raúl. Francisco lo mira y Raúl asiente con la cabeza.

 

FRANCISCO: Veinticuatro horas. No más.

 

Gustavo sorprendido. Huerta se pone de pie.

 

HUERTA: Sí, señor. Le prometo que orita mismo-

FRANCISCO: ¡Ahora!

 

Huerta sale.

 

GUSTAVO: ¿Estás loco? Cómo puedes confiar en él después de lo que hizo.

FRANCISCO: Todos merecemos otra oportunidad.

GUSTAVO: ¡Para qué chingados!

FRANCISCO: ¡¡Para reivindicarse!!

 

Raúl sale.

 

FRANCISCO: (transición) Huerta tiene el mando del ejército. Debemos mantenerlo cerca. Por lo menos hasta relevarlo.

GUSTAVO: ¡Por qué no lo hiciste ahora!

FRANCISCO: Ángeles está herido, el resto de los generales son subordinados de Huerta. No hay nadie en quién confiar.

GUSTAVO: Sí lo hay. Y te lo voy a traer antes de veinticuatro horas.

FRANCISCO: Adónde vas.

GUSTAVO: Voy a Morelos. Voy por el General Zapata.

 

Gustavo sale.

 

Continúa XXIX

 

 

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".