Aquello que siempre sigue

La vida siempre sigue. Después de la enfermedad, las rupturas, el miedo o la desesperanza, el ciclo vital se renueva y las cosas pueden continuar. Durante los últimos meses, México ha experimentado el regreso paulatino a las actividades de manera presencial.  Hoy, luego de casi dos años de suspensión, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo vuelve a las aulas en un contexto de críticas y conflictos entre la comunidad estudiantil y las autoridades universitarias.

Este regreso voluntario supone el primer intento por reencontrarse dentro de los espacios universitarios. La vacuna ha sido un factor determinante para este regreso a las actividades presenciales, y aunque existen probabilidades de contagio y el comportamiento del covid-19 es, a veces, impredecible, las cosas parecen alentadoras.

El regreso de alumnos a las aulas universitarias no es solo una cuestión de opinión pública, la vuelta a clases presenciales significa reactivación económica, socialización (uno de los aspectos más azotados por la pandemia), subjetividad necesaria en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, sobre todo, la sensación de que estamos seguros al contacto con los otros.

Este último aspecto es vital para recomenzar actividades de todo tipo luego de anunciada la pandemia. Desde hace meses hemos entrado en una espiral de miedo y ansiedad que ha tenido efectos negativos en la salud mental de las personas. Esperamos que esta vuelta a clases en la UAEH sea el comienzo de un proceso de restauración que permita crear esa nueva normalidad de la que tanto nos han hablado.

De ahora en adelante llevaremos la impronta de la pandemia, pero si estamos aquí, aún hay tiempo de seguir, de modificarnos y siempre volver a empezar.


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