Angela Merkel obtuvo su pase a un cuarto periodo como la mujer de mayor poder del orbe, al lidera los comicios con el 33% de la votación, seguido del SPD (Socialdemócratas) con el 21%, AFD (Alternativa para Alemania) logró el 13%, FDP (liberales) con el 10%, Linke (Izquierda) con el 9%, Grüne (los verdes) también con el 9% y otros con 4,5%, lo cual presagia un poder inestable ante la erosión de su capital político.
El ascenso del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (ADF), que ahora es contrapeso político como fuerza partidista, se erige como uno de los mayores dolores de cabeza para Merkel, debido a que es un partido ad hoc a la política de Donald Trump, cuestión que garantiza un contrapeso en el ámbito de relaciones entre países con Alemania.
De igual manera. los ultraderechistas están en contra de las minorías, en contra de la democracia horizontal o ciudadana, en contra de la presencia de Alemania en la ECU, en fin, de todo lo que huela a la renuncia del conservadurismo nacionalista alemán.
En los hechos, no es sólo Alemania uno de los países que ha experimentado el ascenso de grupos o partidos de ultraderecha; en América Latina su presencia no es ajena a las condiciones políticas y sociales y esto se afirma ante los desaciertos de los partidos más horizontales en el poder, sean de izquierda o derecha, por lo que los mensajes ultranacionalistas parecen cobrar vida.
Alemania es la pieza fundamental del ajedrez político de Europa, está por encima de cualquier otro país de Europa central, por lo que lo que suceda en su conformación política interna incide en los cambios en el resto de los países, sobre todo de la ECU, lo cual impone suponer que el peso de maniobra político de la Merkel creará incertidumbre.
La ultraderecha nunca ha estado ausente ni en Alemania ni en el resto del mundo occidental, esto no es noticia, pero parece olvidarse.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
